Nuestra Señora de las Condecoraciones.
Cómo el himen se hizo pueblo
Como es sabido el Ayuntamiento de Cadiz resolvió conceder la medalla de oro de la ciudad a la Virgen del Rosario con un consenso insólito en el que sólo fallaba, y tibiamente, Ganar Cadiz en Común, la candidatura organizada por IU, que tuvo el impío atrevimiento de abstenerse. PCSSP (Por Cadiz Si se Puede: Podemos), PP, PSOE y C’s abandonaron momentáneamente sus diferencias ante un caso de fuerza mayor: el siempre vivo Volkgeist andalusí. La medalla de oro es una distinción que se concede a personas o instituciones que han contribuido a la mejora de la ciudad. La Virgen del Rosario no es una persona; quizá lo fue, pero en cualquier caso la concesión no se ha hecho a título póstumo. Tampoco una institución, por mucho que se retuerza el término. Entonces, ¿what the fuck?
La extrañeza ante una actuación tal por parte del ayuntamiento de capital de provincia que se supone más rojo de España – el alcalde, a los dos cuernos que conlleva el ser de Podemos, le añade el rabo de pertenecer a los Anticapitalistas – movió a la prensa local a interrogar al respecto a PCSSP, quien adujo: “Se trata de una propuesta que se ha entregado en el Ayuntamiento y viene avalada por más de 6.000 firmas. Proviene de particulares, asociaciones de vecinos, entidades ciudadanas y colegios profesionales. Es, por lo tanto, por el componente popular y el apoyo ciudadano que tiene esta propuesta. Por ello se apoya, nada que ver con el supuesto componente religioso, sino por el componente popular”. Ya en esta mera respuesta hay una cierta manipulación que revela una mala conciencia. Las firmas son siempre individuales, los firmantes podrían ser miembros de un sin fin de instituciones muy arraigadas y aun santificadas, pero el número es de personas, seis mil en una población de más de cien mil habitantes. No es muy impresionante. Si se juega a mezclar churras con merinas y pensamos en seis mil asociaciones con una media de cien afiliados, son seiscientas mil firmas. Eso ya acojona más; un quinientos por ciento de los gaditanos quieren homenajear a su supermadre protectora y munífica.
Veamos lo que nos cuentan, los tres argumentarios que he leído, expuestos por el Director, el Listillo y Teresa Rodríguez, alguien, Teresa, por quien no oculto mi afecto político ni mi opinión de que no está donde debería estar.
Iglesias
Admito que cuando me enteré no entendía nada y tuve que llamar a Kichi para que me lo explicara. Para alguien de Madrid suena raro y no encajaría en otros ayuntamientos que gobernamos. Pero él me convenció. Me habló del carácter de dignidad popular que significaba esa Virgen y que en una ciudad como Cádiz, con esa tradición anarquista y liberal, esa Virgen, tan vinculada a las cofradías de pescadores, no va unida al conservadurismo que nos podría parecer desde fuera. Yo creo que Kichi lo ha manejado de una manera muy laica en el sentido de que se trata una muestra de respeto a los sentimientos populares demostrando que hay que convivir con distintos pareceres y tradiciones. Los urbanitas de izquierda tenemos que aprender a respetar esas tradiciones tan arraigadas en el pueblo.
Monedero
No es lo mismo que los humildes celebren a la Virgen, en su mundo sin grandes esperanzas, a que la celebren los que cierran a los humildes sus esperanzas … Porque la Virgen de los humildes, aun siendo cierto que trabaja más tiempo para los poderosos que para los pobres, ayuda a que los golpeados imaginen la vida un poco menos miserable. Y eso, nos guste más o menos, hay que respetarlo … Hoy, Kichi, es Alcalde de Cádiz y de todos los gaditanos. Y de la misma manera que está bien que no impulse nada que nos quite la responsabilidad de nuestros actos, hace bien en escuchar al pueblo en el momento concreto en el que vive el pueblo, que es el ahora. Porque en un mundo emancipado es verdad que o no habrá ni dioses ni vírgenes o habrá miles. Pero mientras tanto, gobernamos para el pueblo que está ahí. Y gobernamos sabiendo que no es lo mismo el poderoso que el humilde, aunque coincidan en algunos sitios. Kichi no es el alcalde de mañana. Es el alcalde de hoy. Y qué bueno que lo tiene claro
Teresa Rodriguez
No somos diferentes al pueblo al que pretendemos representar. No somos sectarios ... la Patrona es un símbolo de la ciudad que por cierto trasciende lo religioso y que tiene que ver con nuestra propia identidad … [ celebraciones religiosas como la Semana Santa o la Patrona de una ciudad] no son hechos puramente religiosos, no es la jerarquía de la Iglesia, es una tradición que trasciende lo religioso. Tiene que ver con cómo el pueblo siente y respira. Y nosotros no somos diferentes del pueblo al que queremos representar … El laicismo que predica Podemos no es colonial, no nos dicen desde Madrid cómo tenemos que sentir nuestros afectos y nuestras identidades en el sur de España.
El argumento más fuerte para justificar el despropósito de Kichi – ni me molesto por justificar, a mi vez, esa calificación de despropósito, si alguien no lo ve con claridad cartesiana, no tengo nada que contarle – se encuentra ya en la nota de prensa del ayuntamiento gaditano y es desarrollado por los líderes podemitas Se trata del carácter popular de la devoción, en este caso, de la virgen del Rosario, como podría ser la del Rocío, el Jesús del Gran Poder o cualquier otro fetiche católico, de modo que un homenaje tal que condecorarla se convierte en una petición popular asumida por unas autoridades que ‘escuchan al pueblo y gobiernan para él’ (Monedero). Se trata de una ‘tradición arraigada en el pueblo’ que ‘no va unida al conservadurismo’ porque es una virgen ‘que significa (?) un carácter de dignidad popular’ (PIT). Es ‘un símbolo de la ciudad’ que ‘tiene qué ver con nuestra identidad’ y ‘trasciende lo religioso’ (Tere).
Por fin, Teresa Rodriguez. Ella nos devuelve a la tragedia, pero no a la padecida por el personaje trágico, sino a la tragedia de un mundo definitivamente naufragado, el mundo de la posibilidad de una regeneración de la izquierda, básicamente el mundo del trotskismo, pero también el del luxemburguismo, el consejismo y otros muchos. La socialdemocracia de Bebel y Kautsky, incluso de Bernstein, no era tan mala idea como denunciaban Lenin y Rosa, simplemente el propio desarrollo del capitalismo y sus contradicciones internas lo desintegró tras los ‘Twenty Fabs’ posteriores a la II GM. Por su parte, el comunismo, surgido anómalamente en Rusia de una revolución que era socialista sin ser apenas anticapitalista, encumbró a un Stalin que puso en marcha uno de los experimentos más siniestros de la historia. Las muy justas críticas que desde esa izquierda radical y no (totalmente) burocrática se dirigieron a ambas posiciones no cuajaron más que en exiguas minorías incapacitadas para cambiar la marcha de las historia. Eso era inevitable, su misión no era, como con frecuencia intentaron ellos, erigirse en una alternativa real a los dos gigantes de la izquierda con sus primos de zumosol incorporados, el establishment capitalista unos y la URSS los otros. Misión imposible. De lo que se trataba era de profundizar en la crítica de la socialdemocracia y el 'socialismo real' desde sus fundamentos políticos, ideológicos y hasta históricos; mucho más allá de traiciones y venalidades, se trataba de indagar qué mecanismos llevaron a esas corrientes que surgieron como emancipadoras a subordinarse a los poderes establecidos cuando no a construir unos sistemas de dominación aún más feroces. Parafraseando a Varguitas, saber en qué momento (y por qué motivos) se jodió el movimiento socialista. Y, al tiempo que esa reflexión colectiva, desarrollar un praxis orientada a ir creando un tejido social que se fuese progresivamente liberándose de las ataduras de las ‘direcciones’ tradicionales de la izquierda, promover, participar y aprender de las luchas de clase en sus variadísimas formas, ayudar a las clases subalternos a autoorganizarse, etc., etc. El objetivo posible, y necesario, era ir preparando una alternativa, no a la socialdemocracia y al estalinismo, sino al derrumbe de ambos, que, además, era previsible que se produjera simultáneamente (como así ha sido). Nada, o casi nada, de eso se hizo – quizá era también una misión imposible – y los críticos fueron barridos por la misma escoba que los criticados.
Ante una resolución digna del franquismo más granado tomada por su camarada alcalde, Anticapitalistas sí estaba en condiciones de hacer lo que Podemos no podía – al fin y al cabo, ¿a quién le importa Anticapitalistas? –, así que se han trasvestido de avestruz. He mirado en su web y ni la menor mención. En Viento Sur, tampoco, aunque, acaso en un alarde de sutileza (jesuítica, of course), publicó el día 8, en plena polémica, un artículo de esos moñas sobre el cristianismo revolucionario, la religión de los pobres y todas esas matracas. Como dicen los magufos: ¿Casualidad? No lo creo.
[[[Nota bene. Alguna vez escribiré algo más matizado sobre esa Iglesia 'que está al lado de los parias de la tierra'; por el momento, lo resumo en plan lapidario: la lucha contra la dominación no puede enarbolar la bandera de la Teología de la Liberación, sino la de la Liberación de la Teología.]]]
Ante una resolución digna del franquismo más granado tomada por su camarada alcalde, Anticapitalistas sí estaba en condiciones de hacer lo que Podemos no podía – al fin y al cabo, ¿a quién le importa Anticapitalistas? –, así que se han trasvestido de avestruz. He mirado en su web y ni la menor mención. En Viento Sur, tampoco, aunque, acaso en un alarde de sutileza (jesuítica, of course), publicó el día 8, en plena polémica, un artículo de esos moñas sobre el cristianismo revolucionario, la religión de los pobres y todas esas matracas. Como dicen los magufos: ¿Casualidad? No lo creo.
[[[Nota bene. Alguna vez escribiré algo más matizado sobre esa Iglesia 'que está al lado de los parias de la tierra'; por el momento, lo resumo en plan lapidario: la lucha contra la dominación no puede enarbolar la bandera de la Teología de la Liberación, sino la de la Liberación de la Teología.]]]
Parece evidente que los chicos – como ahora nos llaman en los bares a los sexagenarios – de la LCR aceptaron, con un encomiable altruismo, vender su alma cuando pasaron bajo las hordas caudinas que cruelmente les impuso el núcleo radiante de Podemos y dejaron de ser el partido 'Izquierda Anticapitalista' para transformarse en la cosa 'Anticapitalistas'. Había que dar chance a los chavales jóvenes, permitirles salir de las catacumbas de la marginalidad. Un alcalde de capital de provincia es bastante más de los que nuestros troskos-pero-modernos podrían haber entrevisto en sus más húmedos sueños de los 80, 90 y 00; hay que preservarlo como oro en paño. Si ya se hicieron los longuis con un asunto de fondo, cuando Kichi apoyó la venta de buques de guerra a Arabia Saudí porque creaban puestos de trabajo, ¿cómo se iban a poner principistas con la zarandaja de la medallita?
Frente al nosotros de Teresa opongo un nosotros, la izquierda que se organiza como partido o similar, que no somos iguales ni somos ‘diferentes del pueblo al que queremos representar’ (por cierto que mal queda eso de ‘queremos representar’). Nosotros somos parte de un pueblo que no es en absoluto homogéneo, un pueblo en cuyo interior hay otras particiones, y muy numerosas, en las que las ideologías más reaccionarias conforman su sentido común; y combatir esas ideologías es una de las tareas que nosotros tenemos que llevar a cabo. Kichi ha sido leal a una cosa y traidor a dos. Ha sido leal al pueblo meapilas; ha traicionado al pueblo laico y traicionado a la causa de la racionalidad y la autonomía moral de las personas.
Finalmente, mencioné un metaanálisis de los análisis de los defensores de Kichi. Siendo sumario, en todos ellos hay una renuncia a ir un poco más abajo de la superficie y del argumentario (la antítesis de la argumentación) que delata la deriva de Podemos hacia el puro tacticismo – otros, más valoradores, lo llamarían oportunismo – , el dar prioridad absoluta a los objetivos inmediatos, aunque sean muy negativos a largo plazo, en una perspectiva estratégica. Perspectiva, que se va perdiendo, si alguna vez se tuvo. Como decía Lord Keynes, 'en el largo plazo todos estaremos muertos'. Alguna mente malvada sospecharía que dejaron de hablar de casta cuando se hicieron casta y que ahora hablan de trama porque aun están fuera del entramado.