viernes, 12 de enero de 2024

 De El Salto, 11 -1 - 24 "Los leviatanes de la élite de Davos: crisis climática, cambios en el sistema Tierra y desinformación":


"El Foro Económico Mundial, la reunión anual de la élite empresarial y política global, más conocido como el Foro de Davos [...] ha publicado hoy su Informe de Riesgos Anuales, un documento actualizado anualmente que recoge las opiniones de más de 1.500 personas expertas en riesgos laborales, políticos y empresarios, que habitualmente sale a la luz días antes de comenzar la cita. [...] En el corto plazo, en concreto a dos años vista, el informe señala que la desinformación y la manipulación informativa, con las fake news y la inteligencia artificial en pleno desarrollo, son el primer riesgo para la estabilidad y seguridad global. Se trata de la primera vez que esta materia ocupa el primer puesto en la lista de riesgos globales a corto plazo. “Un orden global inestable caracterizado por la polarización de las narrativas y la inseguridad, el empeoramiento de los impactos del clima extremo y la incertidumbre económica están acelerando la propagación de los riesgos, incluyendo la información errónea y la desinformación”, afirma Saadia Zahidi, director gerente del Foro Económico Mundial.


El segundo fenómeno más alarmante, sigue informando El Salto, es el cambio climático y sus consecuencias. El tercero es la polarización de la sociedad, el cuarto, la ciberseguridad, el quinto, los conflictos bélicos, el sexto la falta de dinamismo de la economia,  el séptimo,la inflación, el octavo, la migración involuntaria motivada por conflictos armados, falta de oportunidades o desastres ocupa el octavo, y el noveno puesto, la recesión económica. 

Y, ante semejante ristra de plagas bíblicas, las fake news, potenciadas por la aplicación de inteligencia artificial, se presentan como la principal amenaza para ... ¿la humanidad?, ¿el planeta?, ¿la vida? No, para algo mucho más importante (en la consideración de los asistentes a Davos: el orden mundial 'basado en reglas', la gubernabilidad nacional e internacional que permita mantener ese 'orden' y esas 'reglas' que reproducen los estados de dominación existentes hoy en día. 

Y es que el problema no son las fake news y la desinformación, sino la pérdida del monopolio de 'lo verdadero' por parte de los aparatos ideológicos del establishment mundial que surge a partir de la proliferación a través de internet de medios de comunicación. Mejor que medios de información, ya que este término permite imponer, nuevamente, lo verdadero y lo falso, la información y la desinformación, mientras que comunicación es neutro, solo precisa de emisores, mensajes y receptores, sen quienes sean unos y otros y sea cual sea el contenido de los mensajes. 


miércoles, 22 de febrero de 2023

 Clase, identidades y luchas 


Entre rescoldos de la izquierda patria parece haber un debate sobre cuestiones muy complejas, y  fundamentales para las Ciencias Sociales, incluida la Filosofia. Aunque tampoco fuese al cambiar el mundo, como pedía la onceava tesis sobre Feurbach de Marx, al menos podría dar lugar a hacer buena teoría y quiza … Por supuesto, no es el caso, estamos en España. Aquí, el asunto queda en un cruce de insultos y descalificaciones entre los marxistas leninistas en su versión actual rojiparda y un complejo confuso y heterogéneo que suele denominarse, despectivamente, ‘posmo’, tan confuso y heterogéneo que prácticamente no existe, es el pimpampum que tiene la vanguardia del proletariado -o sea, los estalinistas- para poder tener sus enemigos, esos pequeñoburgueses traidores, tránsfugas, revisionistas, que se dicen de izquierdas y no son sino agentes del Capital que pretenden cargarse la lucha de clases sustituyéndola por ‘políticas identitarias’.

jueves, 14 de mayo de 2020



Como es sabido, John Rawls, uno de los principale y más famosos filósofos políticos del siglo XX y máximo representante del liberalismo de izquierdas -liberalismo no en el sentido americano, sinónimo de izquierdismo, sino en el respetabilísimo liberalismo político europeo de toda la vida – concibió en una de sus dos obras fundamentales, ‘Teoría de la justicia’, una situación contrafáctica que sería una especie de condición previa para que los ciudadanos se reunieran, deliberasen y estableciesen las normas que debían regir, por ser justas, la organización de la convivencia sociopolítica. A esa situación la llamó Rawls ‘posición original’ y consiste en que esos ciudadanos constituyentes sometidos a una operación cerebral  o la ingesta de determinados psicotrópicos, se vieran revestidos de un ‘velo de ignorancia’, un estado mental en el que se les olvidara cuales son sus intereses particulares, sus gustos personales, sus afecciones emocionales, su pertenencia a grupos de apego (en sentido amplio, incluyendo partidos políticos), etc. Con ese ‘velo, sólo les restarían a esas personas los grandes principios generales e universales, categóricos -Kant está por todos lados-, carentes necesariamente de todo egoísmo, con los que sería posible elaborar normas, leyes, instituciones justas. No es que yo sea muy fan de Rawls, aunque le respeto muchísimo, pero me viene al pelo como introducción.

La evolución política y cultural de occidente en los últimos años -incluyendo formas rudimentarias y fundamentalistas de identitarismo, y me fastidia decirlo porque soy un multiculturalista convencido – va justamente en sentido contrario al de ese velo de ignorancia de intereses particulares y de prejuicios confortantes. Cada vez con mayor intensidad las opiniones acerca de cualquier evento o dinámica social obedecen más a intereses, simpatías, compromisos, que a un anhelo de entenderlos. Mi intuición, necesitada de un análisis más fundamentado, me apunta que es debido, en parte al menos, a la inmensa cantidad de información cocinada, esto es interpretada, valorada, que recibimos continuamente y que no tiene parangón con alguna otra en la historia de la humanidad. Dado que tenemos que lidiar con centenares de mensajes contradictorios que, insisto, sea cual sea su forma son, por completo o en parte, ideologemas, y sólo podemos asimilar una pequeña proporción, es preciso un filtrado previo que, por la profusión de datos, debe ser casi mecánico; ese mecanismo de selección, creo, son los sesgos de confirmación y de adhesión, directo o contrario sensu, a la autoridad. Viene a ser la extensión de aquel concepto jurídico de aplicación creciente, el ‘Derecho de autor’, del que deriva el ‘Derecho penal de enemigo’. La idea, un tanto zaratústrica, es que la realidad es un combate binario entre los míos y los otros, entendiendo que no hay 'unos' los otros, sino 'un' los otros. Así, tanto por razones estratégicas, como por motivos psicoemocionales, prima el argumento (no lo llamaré falacia) genético: esto es bueno, cierto, bello, porque lo dicen o lo hacen los míos, falso, nocivo, feo, porque lo hacen o dicen los otros.

Aplicado esto a la política de aquí y ahora, es decir, siendo lo uno, la  derecha y lo otro, la izquierda, me preocupa mucho esta deriva. Desde luego, por lo que se refiere a la izquierda, partiendo de que yo me autositúo en este campo. Y me preocupa porque conlleva entregarle al rival nuestro primer y más importante arma: la crítica, el arma de la crítica, que decía el Marx joven (de la crítica de las armas, ya ni hablamos). Para la derecha este proceso no es un problema, al contrario, para ella el problema es la actitud crítica. El campo cultural de la derecha es el del dogma, el de la norma indiscutible, el de la obediencia al poder. Estamos jugando en su terreno. Por supuesto, es fácil postular la crítica sin más, el pensamiento crítico, sin cuestionar -sin hacer crítica de– la dificultad del concepto y de las condiciones concretas en que se desarrolla la actividad crítica. Sin entrar en eso, creo que todo el que me lea sabe de que estoy hablando a un nivel no abstracto. Es como la Verdad, un tema sobre el que los más grandes filósofos no han llegado a una noción homogénea, mientras que cualquiera comprende perfectamente el sentido del enunciado ‘el señor x está mintiendo’.

Mucho más modestamente que Rawls creo que deberíamos ponernos un mini-velo a la hora de afrontar intelectualmente los contenidos que nos llegan de los media y las redes sociales, especialmente cuando vienen disfrazados de mera información ‘objetiva’. 

Por ejemplo, el lunes pasado se llegó a un acuerdo, plasmado en un decreto ley al día siguiente, entre gobierno, sindicatos oficiales y organizaciones empresariales, por el que se prorrogan los ERTEs asociados al covid-19 hasta el 30 de junio, con independencia del estado de alarma. La medida es una trivialidad de puro evidente, máxime cuando el fin del estado de alarma se va a acercar mucho al 30 de junio. Los empresarios se salieron con la suya en varias cosas; por ejemplo, considerar que los seis meses en lo que no se puede despedir a los acogidos a un ERTE se cuentan a partir de la fecha en que se inició y no, como pedían lo sindicatos, cuando se reintegren al trabajo. Nada muy grave (excepto para lo que lo sufran), digamos normal. 

Pero, claro, el gobierno, especialmente una de sus patas, no podía desperdiciar una ocasión de autobombo progresista, así que en sus media afines, el mensaje relevante, el que aparecía en letras grandes era, con muy ligeras variantes: “Las empresas domiciliadas en paraísos fiscales no podrán acogerse a los ERTE”. Muy progre, sí. Nos poníamos al nivel de Francia, Polonia y Dinamarca, y no es que los dos primero tengan gobiernos muy de izquierdas. Pero hay truco, un truco muy barato. Antes de nada, debo reconocer que no sé en que términos Dinamarca y Polonia han excluido de ayudas fiscales a sus empresa, y a lo mejor han sido tan trileros como aquí. En cualquier caso, el gobierno de Macron, y, concretamente el ministro de economía, Bruno Le Maire, lo tiene muy claro: “Toda empresa que tenga su sede fiscal o filiales en un paraíso fiscal será excluida de las ayudas de tesorería anunciadas estas últimas semanas”.

 Suena parecido pero es muy distinto; lo que diferencia a la medida francesa de la española es ese, en apariencia insignificante, ‘o filiales’. Si se hubiera incluido ese pequeño añadido aquí, 34 de las 35 empresas del Ibex no podrían beneficiarse, por ejemplo, de los ERTEs. Resulta que, de ellas, únicamente Aena carece de filiales en paraísos fiscales. Entre las otras 34 tienen 805 filiales. El Santander tiene 207 filiales, y ACS, de Don Florentino, 102. Que tengan aquí la sede central del holding o conglomerado no significa apenas nada como sabe quien tenga unas nociones del modus operandi de la multinacionales; de hecho, y llegado el caso, estas empresas pueden llegar a justificar ayudas fiscales en España por pérdidas mientras obtienen beneficios multimillonarios sin apenas impuestos en esa filiales a las que ilegal o ilegítimamente se han transferido las ganancias de otras sedes. Recomiendo encarecidamente la lectura o consulta del informe sobre el asunto de Oxfam de octubre del año pasado, en donde están lo datos que he empleado y, más interesante, explicaciones de cómo se las gastan estas empresas tan corporativamente responsables filantrópicas. Está en https://cdn2.hubspot.net/hubfs/426027/Oxfam-Website/OxfamWeb-Documentos/OxfamWeb-Informes/quien-parte-y-reparte-informe-ibex-2019.pdf 

Creo que, si no queremos contribuir a la reproducción de un estado de cosas que nos lleva, a corto plazo, al desastre, no ya como sociedad, sino como especie, estaría bien, siguiendo los consejos de Rawls, preguntarse primero por el qué de algo, y dejar un poco aparcado el si me interesa o no.

miércoles, 13 de mayo de 2020




Bienes. Riqueza. Activos



Marx : “La riqueza de las sociedades en las que domina el modo de producción capitalista se presenta como un ‘enorme cúmulo de mercancías’, y la mercancía individual como la forma elemental de esa riqueza”. Yo, más bien, diría: “El modo de producción capitalista presenta la riqueza de las sociedades como un enorme cúmulo de mercancías y la mercancía individual como la forma elemental de esa riqueza”. ¿Por qué esa reformulación? No porque crea que la de Marx es errónea, en absoluto lo es -y ese 'se presenta' o, en otras traducciones, 'aparece' es determinante- sino porque creo que refleja el planteamiento marxiano de un modo más claro y preciso. Las sociedades en que domina el modo de producción capitalista (MPC), y aunque domine mucho, son mucho más amplias y complejas que sus relaciones económicas, e incluso aunque el MPC sea dominante no toda producción o distribución de bienes y servicios se hace siguiendo el modelo mercantil-capitalista (aunque ciertamente, cada vez va quedando menos fuera del alcance normativo del capital). La idea es que, para el MPC en sí, en su lógica específica, no hay más riqueza, más valores de uso, más bienes y servicios que aquellos que pueden intercambiarse en una transacción mercantil, esto es, en una compraventa, y ello implica que tienen un precio fijado por el Mercado. No es que el MPC ‘considere’ que, para sus hijos, el amor de madre no sea un bien y la actividad culinaria de la madre un servicio, sino que no los contempla, no existe nada de eso para él. Lo del amor es más complicado, pero la cocina de la madre se convertiría en un servicio mercantil, o sea, en una mercancía si trabaja en un restaurante y entraría en el espacio del MPC.

La concepción marxiana de que toda riqueza es mercancía implica, dándole la vuelta, que toda mercancía es riqueza, lo que, a su vez, conduce a la idea de valor frente a valor de cambio. No hay valor sin precio, de modo que, aunque puede haber valor de uso sin valor, no puede haber valor sin valor de uso, porque todo valor, esa especie de substrato esencial del precio, requiere una demanda que, directa o indirectamente, surge de la utilidad para alguien de lo demandado.

¿Qué entidades tienen precio en el Mercado? Intuitivamente, aparecen tres tipos, los bienes y servicios producidos (B/S), el dinero y los préstamos (o deudas, según el punto de vista). Según el criterio del precio, que me parece el más preciso, los tres tipos son, entonces, mercancías. Sin embargo, el lenguaje ordinario, incluso en Marx, el término ‘mercancía’ suele reservarse a los B/S. Esto no crea ningún problema teórico, aunque puede ser motivo de confusión y requerir explicaciones adicionales. Lo importante es distinguir unos tipos de otros. El atributo diferenciador que me parece más preciso en el marco de una teoría del MPC es el de la valoración, o, lo que viene a ser lo mismo, la constitución del precio. Los B/S que denominaré a partir de ahora ‘mercancías’ sin más, se valoran por una combinación de su precio de producción -llaméselo costos laborales y de capital o valor de la fuerza de trabajo pasada y presente – y las condiciones de oferta/demanda (O/D), siendo el primero elemento lo fundamental y el segundo, un factor de variación circunstancial no muy grande que oscila en torno al precio de producción*. Que no todo B/S, todo valor de uso, tiene valor se entiende perfectamente con la paradoja que planteó Pigou. La historia es totalmente sexista, pero en los años 1920 habría sido difícil que Mr. Pigou hubiera tenido constancia de eso. Más o menos, viene a contar que un
 señor tiene a su servicio una mujer que limpia su casa, a la que paga, pongamos, 1000 € al mes. Está dada de alta en la Seguridad Social, paga su IRPF, etc., por lo que sus ingresos, correspondientes al valor añadido, computan en el PIB. Surge la chispa y el señor y la señora se casan. Automáticamente, la mujer pasa a ser señora de la casa, pero no por eso deja sus tareas domésticas. La actividad que realiza sigue siendo, pues la misma, la utilidad que produce o el tiempo de trabajo consumido es el mismo, pero como no recibe sueldo está fuera del PIB. Resulta que el amor ha contribuido negativamente a la riqueza de la nación. Esto no es exactamente así, porque seguramente el dinero que el señor  no gasta en la asistenta lo gastará en otra cosa, que redundará en ingresos para otro, pero eso no tiene importancia aquí, lo que se trata de entender que un mismo servicio en un caso tiene precio y es una mercancía y, tras la boda, deja de apreciarse y, por tanto, de considerarse mercancía.

Por su parte la deuda/préstamo no tiene precio de producción, su valor-precio viene fijado exclusivamente por la O/D. Tópicamente, se considera que el precio de un préstamo es la remuneración por el adelanto de una mercancía o de dinero. Por comodidad expositiva, me referiré solo al préstamo de dinero. A veces se malinterpretan los conceptos y se afirma que el interés de un préstamo es el precio del dinero. No, el el precio del servicio de préstamo, es la retribución al prestamista por el riesgo y por la renuncia momentánea al gasto, por ‘su frugalidad’. Esto explica que el precio de ese servicio**, la tasa de interés, sea proporcional al dinero prestado y a la duración del préstamo, puesto que cuanto más dinero y por más tiempo se presta, mayor es el riesgo y la abstención del gasto. 


Finalmente, el dinero. Antes de continuar, debo aclarar que me voy a referir al dinero actual, el que surgió, no tanto del incumplimiento como de la imposibilidad de cumplir los acuerdos de Bretton Woods; aludo, claro, a la declaración de inconvertibilidad del dólar en 1971. Es decir, dinero, aquí, es siempre dinero fiat, creado por el Estado. También aclaro que sigo, en su parte descriptiva y explicativa, la Teoría Monetaria Moderna (TMM). Asím el dinero no tiene precio***, el dinero es el precio, es quien da precio a las demás mercancías y a los préstamos; por tanto el precio del dinero viene dado por el resto de entidades mercantiles. Por ello, aunque sea útil heurísticamente, es erróneo afirmar, por ejemplo, que la inflación baja el precio del dinero. La inflación sube el precio, en promedio, de todas las mercancías. 


La denominación que me parece más perspicua para todos los miembros de estos tres tipos de ‘bienes económicos’ o ‘entes con valor’, siempre en el marco económico mercantil-capitalista es la de ‘activos’. La homologación de nombres y conceptos sería la siguiente:

- Activos reales. Se corresponden con las mercancías clásicas, los B/S. Tienen un valor propio, cuya naturaleza es explicada de modos diversos por las distintas teorías del valor.

- Activos financieros estándar. Designan los préstamo, los títulos de compromiso de pagos futuros asumidos por otro. Un activo financiero, siempre está asociado con un pasivo de ese otro, el deudor.

- Activos financieros netos. Es el dinero fiat. Son netos, porque no tienen pasivo (a no ser que se considere al Estado como su deudor, lo que me parece muy cogido por los pelos). Su precio lo establece el Estado al atribuirle ‘valor’ nominal, totalmente arbitrario.

*No entro aquí en los dos grandes teorías del valor, la objetivista del valor-trabajo y la subjetivista de la utilidad. En otro texto trataré de mostrar que ambas son bastante más parecidas, al menos en la práctica, de lo que suele creerse.

**No se confunda el servicio, por llamarlo de algún modo, de prestar dinero a los servicios necesarios para crear la infraestructura institucional para hacer posible los préstamos: bancos, notarios, etc.

***El objeto material que soporta la función dinero tiene un precio de producción, pero es despreciable en relación con el nominal, lo que sería el precio del dinero (los mercancías o deuda que pueden comprarse con él).


lunes, 11 de mayo de 2020




 Entrevista a Jean Quatremer 


    
Jean Quatremer, el corresponsal de Libération en Bruselas, Jean Quatremer no es epidemiólogo y no se jacta de ello. Quatremer a menudo tiene posiciones claras, a veces provocativas.  En esta crisis de coronavirus, fue uno de los que se atrevió a debatir el confinamiento, las medidas, las acciones de los líderes.  Primero en Twitter, luego en su blog alojado por el diario francés.  Una salida que le valió una oleada de odio e incluso amenazas de muerte.  Sin embargo, en una democracia, las elecciones de los gobiernos pueden ser discutidas, debatidas, criticadas.  Crisis de salud o no.  Es el invitado del sábado de LaLibre.be.

- ¿La medida de confinamiento es extrema?

El confinamiento es, de hecho, una cuarentena, una medida medieval inventada en Ragusa (Dubrovnik), en 1383, y abandonada en el siglo XX porque era un símbolo de barbarie e ignorancia.  Es extraordinario que regresó en el siglo XXI, en un momento en que consideramos que la ciencia y la razón han triunfado, ¡y qué retorno!  Se ha impuesto el confinamiento, en diversos grados, en países enteros, y la mitad de la humanidad ha sido puesta bajo arresto domiciliario. Una medida extrema y brutal que es difícil de entender, porque la pandemia de coronavirus no es en absoluto una nueva "peste negra".  Su tasa de mortalidad, incluso antes del parto, sigue siendo ciertamente más alta que la de la gripe, pero no tiene nada que ver con la del SARS o el Ébola ...

- ¿Quién está detrás de este "avivamiento"?  

No una democracia, sino un estado totalitario, China.  Sin embargo, Europa y el resto del mundo tenían otros modelos a su disposición cuando la pandemia los golpeó, en particular el de Taiwán, Japón y Corea del Sur.  Pero, en pánico, cuando el número de muertos comenzó a aumentar, fue el modelo chino el que surgió como obvio, sin ningún debate democrático. Fue Italia quien abrió el melón el 10 de marzo, lo que causó un verdadero efecto dominó en Europa, y cada Estado tuvo que demostrar que protegía a su población: España, Francia, Bélgica, Austria  o Irlanda lo siguieron. De hecho, solo en Bélgica se ha intentado debatir esta medida extrema, pero el N-VA fue enviado rápidamente a sus redes en nombre de la emergencia sanitaria y el ejemplo francés  que todavía inspira tanto las políticas públicas locales ...

- ¿No fue necesario actuar rápidamente para detener la pandemia?

 Este pánico por el coronavirus sigue siendo asombroso: todo sucedió como si fuera una enfermedad que amenazara a decenas de millones de vidas, algo que incluso los pronósticos más pesimistas, después cuestionados, no consideraron nunca. Realmente, parece que las personas se han dado cuenta de que, ayudados por el sobretratamiento  de los medios ayudando, son mortales.  Sin embargo, como dice Woody Allen, se sabe desde que el hombre es hombre que "la vida es una enfermedad mortal de transmisión sexual".  Cada año, 600,000 personas mueren en Francia.  Y con el envejecimiento de los boomers, experimentaremos un pico significativo de mortalidad en los próximos diez años.  Y uno no muere solo por la vejez: cada año, en Francia, 150,000 personas son víctimas de cáncer, sin que nadie haya pensado aún en prohibir completamente el tabaco y el alcohol.  Del mismo modo, 68,000 personas mueren por enfermedades respiratorias, 3,500 por accidentes de tráfico, sin contar la gripe estacional que mata cada año, mientras haya una vacuna, entre 3,000 y 15,000 personas, a veces mucho más que en 1969 - 31,000  muertos mientras que Francia tenía solo 51 millones de habitantes, o, incluso antes, en 1959, con 30,000 muertos en un país de 45 millones de habitantes.

- Poco se sabe sobre la tasa de mortalidad por coronavirus.

 Es cierto, aún no lo sabemos con certeza, ya que no sabemos cuántas personas han sido infectadas con el virus.  Pero los escenarios más negros no se han realizado incluso en países que tienen poco o ningún confinamiento.  Lo que es seguro desde el comienzo de esta pandemia es que es esencialmente fatal para organismos debilitados, personas mayores de 80 años y personas con otras enfermedades u obesidad.  Para menores de 50 años, su tasa de mortalidad es más baja que la de la gripe estacional. Sin embargo, aunque las autoridades eran plenamente conscientes de estas cifras, tomaron la decisión de confinar a toda la población, especialmente a aquellos trabajadores que no arriesgaban demasiado, lo que llegó al punto de cerrar nuestras economías.  ¿Por qué no tomó, al menos inicialmente, medidas específicas, por ejemplo, aconsejando a las personas mayores de 70 años que no salgan y movilizando medios médicos en hogares de ancianos, los lugares más probables donde llegar a ser personas realmente moribundas?  Del mismo modo, podríamos tener regiones o ciudades aisladas, ya que en Francia, por ejemplo, ni el oeste ni el sur se vieron afectados a diferencia de Oise, Île-de-France o  del Alto Rin.  Ni siquiera lo hemos probado.  El miedo y el pánico parecen haber borrado la razón.
 Como resultado, hemos causado colectivamente la peor recesión fuera de la guerra en al menos tres siglos.  ¿Quién sufrirá?  Menores de 60 años.  Este desastre económico causará sufrimiento y muerte extremos en decenas de miles.  Debido a que a menudo se olvida, el desempleo mata, debido a suicidios, cánceres relacionados con el alcoholismo y el tabaquismo o enfermedades no detectadas, por falta de medios.  Por lo tanto, en Francia, se estima que se le pueden atribuir 14,000 muertes por año. El próximo desempleo masivo también debilitará nuestros estados y, por lo tanto, nuestros sistemas de salud pública, lo que es un mal augurio para la prevención de futuras pandemias.  Lamentablemente, este debate sobre las consecuencias económicas de una contención total, la relación costo-beneficio, tampoco tuvo lugar y lo pagaremos caro.

- En Italia, intentaron una contención limitada, particularmente en el norte, pero esto causó pánico general.  ¿Era realmente posible actuar de otra manera que no fuera la contención general?

 No se puede negar que el sentido de responsabilidad individual varía mucho de un país a otro, en particular entre países con una tradición protestante y católica, por decirlo de manera aproximada.  Por lo tanto, Alemania consideró que sus ciudadanos son lo suficientemente maduros como para protegerse a sí mismos y, por lo tanto, no adoptó la forma francesa de confinamiento brutal y autoritario, lo que permitió que su economía continuara mantenerse al 80% versus el 60% en Francia. Suecia, por su parte, ha seguido esta lógica al rechazar cualquier confinamiento autoritario.  En realidad, los países que han decidido el confinamieto total han tratado a los ciudadanos como niños que no pueden manejarse solos.  Bélgica es un caso especial bastante sorprendente: si bien el estado central se ha debilitado a lo largo de los años por el conflicto comunitario, reaccionó con la misma autoridad que en Francia cuando las autoridades políticas se dieron cuenta de la crisis. Peor aún: el país pasó de la nada a todo en pocos días, mientras que ni siquiera hubo una campaña de información del gobierno sobre gestos de barrera, a diferencia de Francia, que intentó durante una quincena de  jugar en el sentido de la responsabilidad individual.

- En Bélgica se veían los spots franceses...

 La diferencia de atmósfera entre París y Bruselas a principios de marzo fue realmente asombrosa.  En Bélgica, la gente apenas sabía qué era el coronavirus, mientras que en Francia el tema era omnipresente: carteles en lugares públicos, mensajes de televisión y radio, etc.


- Cuando hablamos de la infantilización de la población, ¿fue posible hacer lo contrario?  A menudo hablamos de los países nórdicos o de Alemania, pero ¿podemos romper estos clichés?

 Si los franceses están infantilizados por su estado, también son responsables de ello, porque tienen una relación infantil con el estado.  Esperan todo de él, pero no admiten órdenes.  Nuestras instituciones han agravado esta deficiencia: cada cinco años elegimos a Santa Claus con plenos poderes de quienes esperamos todo y después de seis meses queremos cortarle la cabeza. El gobierno no hace nada para arreglar esta ruptura: se atrinchera en sus palacios y considera a la población con susìcacia. El entrenamiento de nuestras élites obviamente no ayuda en nada cuando nunca hemos conocido el mundo real porque fuimos de Louis-le-Grand a la ENA antes de aterrizar en los grandes cuerpos del Estado  Sin salir de París, eso no te predispone a entender "el espíritu del chaleco amarillo".
 Esta desconfianza del Estado hacia sus ciudadanos se manifestó lógicamente por las medidas de guerra adoptadas para imponer la contención: la ley sobre el estado de salud de emergencia del 23 de marzo simplemente suspendió la democracia francesa  y casi todas las libertades públicas, incluida la libertad de ir y venir, reunirse, emprender, trabajar, tener una vida familiar normal, hacer que su caso sea escuchado por un tribunal y recibir asistencia  un abogado.  Y eso le dio plenos poderes al gobierno y a la policía.  Realmente no tiene precedentes desde el régimen de Vichy.
 No es casualidad que, para justificar este régimen excepcional, el Jefe de Estado habló de una "guerra" contra el coronavirus, cuando no es el tema, como  recordó acertadamente al presidente de la República de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, en un discurso.  Es asombroso que los ciudadanos hayan dado su consentimiento sin siquiera hacer preguntas a estas privaciones de libertades.  Poner la supervivencia por encima de todos nuestros principios es una regresión sin precedentes.

-  Emmanuel Macron ha abandonado abandonó su lenguaje guerrero, era comunicación.

 El resultado está ahí: a diferencia de Alemania y la mayoría de los demás países europeos, Francia ha considerado imperativo suspender su estado de derecho. Además, el gobierno acaba de obtener la extensión del estado de emergencia de salud hasta fines de julio y nada dice que saldremos de él por mucho tiempo. Este discurso bélico y estas leyes excepcionales que dramatizaron la situación también hicieron posible ocultar la completa falta de preparación del Estado francés, que ha fallado gravemente en su gestión de la pandemia. No estoy acusando a Emmanuel Macron, sino al estado profundo, el de los burócratas, quien ha demostrado su impotencia. Si bien todas las señales de advertencia se pusieron rojas en febrero, el Estado las ignoró en lugar de preparar las mentalidades, emitiendo advertencias, adquiriendo los medios materiales necesarios para enfrentar la próxima pandemia, trabajando junto con interlocutores económicos y sociales y con los otros países europeos.  No es necesario suspender las libertades públicas o confinar a todo el país para esto: ¿por qué no haber lanzado la producción de máscaras y respiradores, aumentado la capacidad de los hospitales, organizado aguas arriba la transferencia de pacientes si un hospital tuviera exceso de capacidad , desplegado recursos en casas de retiro, eliminado los obstáculos reglamentarios para movilizar recursos, etc.?  Tenemos una de las burocracias más pesadas entre las grandes democracias, no podemos decir que se haya hecho sus deberes en esta crisis.  Su reacción exagerada es solo una reacción de pánico a su bancarrota.

- Para Emmanuel Macron, ¿tal vez también fue una oportunidad para aumentar su margen de maniobra ante la crisis?

 La pregunta que hace es más profunda, cuestiona la capacidad de las democracias para manejar las crisis. Porque hemos entrado en un ciclo inquietante que sacude profundamente el modelo democrático: con cada crisis, el estado tiene como primer reflejo suspender el estado de derecho como si la democracia fuera en sí un obstáculo para su resolución. Lo vimos en Francia en noviembre de 2015 con la proclamación por François Hollande del estado de emergencia, un estado de emergencia que se transcribió en 2017 al derecho ordinario, porque una vez que hemos entrado en esta lógica de  leyes excepcionales, es difícil salir, los ciudadanos se arriesgan a acusar al estado de debilidad en caso de un nuevo ataque. En 2020, es una crisis de salud que motiva un ataque sin precedentes al estado de derecho. Sin embargo, experimentaremos otras crisis de salud, lo que nos motivará a mantener la ley del 23 de marzo en el arsenal legislativo.  Se producirán otras crisis, especialmente las ambientales, que implicarán nuevas leyes de emergencia y cada vez menos libertad.  Estamos enviando el mensaje de que la democracia está hecha para funcionar en tiempo de paz, en tiempo de calma, pero tan pronto como es una tormenta, la suspendemos. Si la democracia no se adapta a la crisis, eso significa que la democracia ya no es un régimen adaptado al siglo XXI.  Básicamente, la adopción del modelo chino para combatir la pandemia puede haber anunciado el triunfo de su modelo político.  Ojalá los ciudadanos se despierten.

- Pero ante lo desconocido, sin conocer el peligro y el verdadero contagio del virus, ¿no es la deliberación democrática demasiado débil, demasiado lenta?

 ¿A qué nivel de riesgo suspendemos la democracia?  ¿Cual es el criterio?  ¿Qué precio estamos dispuestos a pagar, en términos democráticos y económicos, para salvar la menor vida?

- ¿Qué opinas del rastreo?

 En nombre del bienestar de las personas, estamos tentados a imponer un monitoreo general de las poblaciones, lo que pone en tela de juicio el derecho a la privacidad y la libertad de ir y venir.  Debe comprender el peligro de este seguimiento de personas: esto significa que le brindamos al estado los medios para saber en todo momento lo que está haciendo.  El modelo chino no es de ninguna manera compatible con la democracia.

- Pero es anónimo, dicen ...

 Al principio, será anónimo. ¿Pero hasta dónde iremos?  Es un primer paso hacia un rastreo generalizado de poblaciones.  Del mismo modo, estamos en el proceso de cuestionar la confidencialidad médica, en cualquier caso, en Francia, donde el médico deberá transmitir a la administración la identidad de las personas infectadas con Covid, así como todas las personas en el hogar y, si  es posible, personas con quienes ha estado en contacto.  Si levanta el secreto médico para el coronavirus, se abre la puerta a otras enfermedades.  ¿Y por qué no enviar su archivo médico a su banco, su seguro, su empleador?  Después de todo, también se trata del bienestar colectivo ... La libertad siempre tiene consecuencias para las personas y para la sociedad, de lo contrario estamos en el mejor de todos los mundos con un Estado omnipresente que lo guiará en todo momento.

- Responderemos que si no tenemos nada de qué culparnos, no nos importa que nos rastreen.

Así se sabría si los ciudadanos son tan honestos y responsables como dicen. Por supuesto, nadie intenta defraudar, nadie hace que alguien trabaje debajo de la mesa, nadie viola el código de la carretera, nadie hace trampa, nadie insulta o amenaza con matar en las redes sociales ... Sé que el  La mayoría de los ciudadanos no es sensible a esta cuestión de las libertades públicas, porque ni siquiera es consciente de disfrutarla en cada momento de la vida. El día en que los ciudadanos que estén dispuestos a renunciar a su libertad tengan que explicarle a un oficial de policía por qué están en la calle, su percepción cambiará.  Obviamente, cuando tenemos miedo, dejamos de pensar.  Y cuando empezamos a pensar de nuevo, es demasiado tarde.

- ¿No estamos aprendiendo de la historia?  Porque las crisis se suceden pero son ligeramente diferentes ...

 Se dice que la historia no se repite, tartamudea.  La forma en que reaccionamos colectivamente a esta crisis de salud recuerda otros períodos de nuestra historia: estados incapaces de anticipar, pánico alimentado por los medios de comunicación, información falsa o información manipulada por potencias extranjeras, autoridades públicas incluidas  el primer reflejo es suspender las libertades públicas y utilizar remedios inadecuados, ciudadanos que roban tiendas y no dudan en denunciar a su vecino como en Burdeos, donde el 70% de las llamadas a la ayuda policial son denuncias, todo esto  es patético

- ¿Crees que nuestras sociedades ya no aceptan la muerte?

 Nuevamente, no entiendo por qué el coronavirus creó tal pánico. No es la pandemia más mortal que ha enfrentado la humanidad, ni mucho menos. Sobre todo, nos codeamos con la muerte todos los días y eso nos deja perfectamente indiferentes. Peor aún: cuando el estado intenta actuar para limitar la mortalidad, parte de los ciudadanos se rebelan. Por lo tanto, el límite de velocidad de 80 km/h en las carreteras nacionales francesas en parte provocó el movimiento de los chalecos amarillos. Del mismo modo, Francia es uno de los países que más esta contra las vacunas -¿cuántas personas se vacunan contra la gripe que mata a jóvenes y viejos? - lo que incluso está detrás de la reaparición del sarampión.

- ¿Están jugando con el argumento de la salud?

 Son las mismas personas que no respetan las medidas mínimas de higiene o que van a trabajar mientras están enfermas las que hoy demandan medidas liberticidas y potencialmente destructivas para nuestras economías.

- ¿Pero es el coronavirus particularmente peligroso?

 Para personas frágiles, sí. Para los demás no es más que una gripe según todas las cifras que se publican.  Es una enfermedad muy contagiosa, pero no necesariamente muy mortal.  Por lo tanto, una gran parte de los marineros del portaaviones Charles de Gaulle estaban contaminados, pero ninguno murió. Es, por supuesto, una población joven ... Del mismo modo, África, que se pronostica que será un desastre, casi no tiene muertes en este momento.  La juventud de este continente sin duda explica muchas cosas.

- Pero el sistema hospitalario se vio abrumado en varios países, incluso con medidas de contención.  Y todavía están bajo presión.

El confinamiento se hace para "romper la curva", es decir, para distribuir el número de pacientes a lo largo del tiempo para evitar que los hospitales se vean abrumados.  Pero el mensaje recibido no es eso. Muchos creen que la contención erradicará la enfermedad.  Ahora los que tienen que atraparlo lo atraparán.  Y aquellos que deben morir por eso morirán.

- A menos que limitemos el contagio ...

 Pero el virus aún estará allí.  Tienes que vivir con eso.  Estará allí hasta que se descubra una vacuna y un tratamiento.

- Se dijo claramente que era para aplanar la curva de todos modos ...

 Sí, pero la gente no lo escuchó así.  ¿Ahora que pasará?  Nos desconfinaremos.  Pero aún habrá cientos de muertes durante varios meses, incluso una segunda ola, no lo sabemos.  Se culpará al estado por desconfinar.  ¿Qué vas a tener que hacer?  ¿Reconfigurar y destruir permanentemente nuestras democracias y nuestras economías?  ¿O aprender a vivir con el virus?

- ¿La relación costo / beneficio es  demasiado baja entonces?

 Hemos causado, en pánico y sin pensar en las consecuencias, la crisis económica más grave en tiempos de paz durante varios siglos.  Tienes que darte cuenta de que la recesión francesa estará entre -8% y -12%.  Cifras alcanzadas durante la Segunda Guerra Mundial.

- El encierro tendrá un impacto en las mentes de las personas.

 Y no solo. La crisis que hemos decidido apresurar tendrá grandes consecuencias. Los jóvenes que acaban de ingresar al mercado laboral perderán sus empleos, las personas con poca capacitación o las personas mayores de 50 años también. Los primeros planes de despidos han comenzado.  Decidimos sacrificar a las generaciones jóvenes para salvar a las personas mayores de 80 años.  Al menos eso habría requerido un debate. Eso es lo que me está causando el problema. Tengo 62 años, yo mismo comienzo a formar parte de las reliquias del pasado y prefiero asegurar un futuro feliz para mis hijos.  Es el sentido de lo colectivo.  Si cada pandemia se limita, volveremos a la Edad Media en términos de nivel de vida.

- ¿Crees lo mismo que André Comte-Sponville?

 De hecho.  Prefiero morir en una democracia que vivir en una dictadura.  Prefiero vivir en un país que ofrece un futuro para sus hijos que en un país en ruinas. Sé que este discurso es impopular, que la opinión pública, completamente anestesiada por las medidas para apoyar la economía, no quiere escuchar este discurso. El despertar será brutal.  Cuando la gente vea los estragos del confinamiento, puedo asegurarle que el poder político va a pasarlo mal.  Los ciudadanos cambiarán su discurso.

- ¿Qué piensas de poner a los científicos a la vanguardia?  ¿Es esto un retorno del cientificismo?

 Tendremos que cuestionar seriamente la responsabilidad de los científicos que dijeron todo y su contrario. En máscaras, en contención, en peligrosidad para los niños, etc. Con la misma confianza, lo que hizo que la toma de decisiones políticas fuera particularmente compleja. Todavía tenemos que recordar lo que Maggie De Block tuiteó a principios de marzo sobre una petición de científicos.  Ella los llamó "reinas del drama".  Porque la mayoría de la profesión médica dijo que se mantenía en calma.  Y los mismos, después, dijeron que no hemos sido lo suficientemente rápidos o lo suficientemente lejos. La responsabilidad de los médicos es fabulosa.  Lo siento por nuestros gobernantes, deben vivir una pesadilla.

- ¿Habrá un impacto en la democracia?

 La democracia ha recibido un golpe excepcionalmente severo y será muy difícil recuperarse de él. Lo vimos con el estado de emergencia en Francia o con la Ley Patriota en los Estados Unidos después de los ataques del 11 de septiembre.  No ha habido más ataques en los Estados Unidos desde 2001 y, sin embargo, todavía está en vigor e incluso se ha fortalecido considerablemente desde ... Cuando un Estado toma poderes excepcionales, no los deja ir,  excepto por una revolución.


- Usted escribió, el 30 de abril, un artículo en su blog titulado "Confinamiento, el debate prohibido". ¿Qué comentarios ha tenido?

 Lancé el debate a fines de marzo en Twitter preguntándome sobre el costo-beneficio del confinamiento, cuando entendí que esta política loca se iba a prolongar. Supongamos que estuvo justificado durante 15 días para causar un shock psicológico, pero luego su costo económico se volvió apocalíptico. Mis tweets provocaron odio. Me dijeron que tenía que salvar todas las vidas, que quería preservar los dividendos de las empresas cuando se trataba de salvar el trabajo de las personas, etc. La economía no es algo separado  de la vida sin embargo. Incluso recibí cientos de amenazas de muerte de personas que me explicaron que tenía que morir así como a mi familia porque pensaban que era necesario salvar todas las vidas ... No vieron contradicciones allí, claro. Incluso tuve que pasar mi cuenta de Twitter en privado durante tres días mientras estos trolls se calmaban.  Obviamente, este debate fue demasiado apasionado.  Pero eso ha cambiado un poco.  No fui el primero en preocuparme por lo que estaba pasando. La pregunta debe hacerse. En estos momentos de pánico hay un espíritu "Fana Mili", fanático militar.  De repente tienes que ir a la guerra y todos los que están en contra son traidores.  La prensa, como regla, funciona así.

- Ella también está allí para diseccionar y contrarrestar estos argumentos.

 Sí, no hay que suprimir la prensa. Pero también alimenta el pánico, el fanatismo.  A menudo ha desempeñado un papel nocivo, cuando debería, siempre, hacer las preguntas fastidiosas.  Un periodista que no disgusta es un cortesano.

- ¿Qué crees que debería hacerse?

Los términos del debate deberían haberse establecido para que los ciudadanos pudieran elegir.  Sea el confinamiento, y habrá una recesión terrible y usted y sus hijos estarán desempleados. Sea contentándose con limitar la propagación de la pandemia, tomando medidas específicas y explicando que habrá miles de muertes. Esta deliberación democrática no tuvo lugar.

- ¿Crees que habrá un "cambio de sistema" después de la crisis?

 Siempre desconfío de quienes lo predicen.  Por supuesto, debemos aprovechar la crisis para reorientar nuestro sistema económico y hacerlo más sostenible.  Pero si tenemos éxito, se hará en pequeños pasos.

- ¿Vamos a repetir los mismos errores para revivir la economía?

 Sí. La economía global no es un fueraborda, es un portaaviones.  Especialmente porque no sabemos exactamente qué hacer. Por ejemplo, en las reubicaciones de ciertas industrias.  ¿Tiene sentido producir paracetamol en Europa?  ¿No deberíamos diversificar nuestras fuentes de suministro?  ¿No es mejor desarrollar las industrias del futuro, por ejemplo, inteligencia artificial, nuevas energías?
 Espero al menos que esta crisis nos permita comprender que debemos prepararnos ahora para el choque del cambio climático.  Hay que reaprender a anticiparse, incluso si duele. Pero por experiencia, sabemos que la capacidad de las personas para olvidar es asombrosa: colectivamente, tenemos la memoria de un pez dorado.  Verá que con la recesión, la gente querrá empleos primero, sin importar el costo para el medio ambiente.  Hablaremos de eso en un año.

viernes, 8 de mayo de 2020



Ayer murió Billy el Niño. A mí no me torturó, ni siquiera me interrogó durante mis estancias en la DGS. De hecho, nadie me torturó, unas cuantas hostias, bastantes amenazas terroríficas, pero nada más. Nada más, en el plano estrictamente físico. Imposible olvidar, y, de verdad, me gustaría, pero no puedo, la sensación de estar en manos de unos psicópatas (o, ni eso) que podían hacer conmigo lo que quisieran, la sensación de no ser nada frente al desprecio infinito que mostraban, sentir que estaba a merced de la arbitrariedad de unos chuloputas perdonavidas, esa conciencia de infinita vulnerabilidad que me invadía cada vez que uno de los interrogantes (el Gitano, le llamaban), paseando a tus espaldas, me daba una bofetada al despiste y ne tiraba de la silla -imposible mantener el equilibrio, esposado-. No me tocó Billy, afortunadamente, pero sí a varios amigos y a una amiga, que me contaron, más o menos, lo que hemos oído al Chato bastantes veces en los medios. Excepto la amiga, que me contó cosas peores. 

Años después, amigos vascos que hice en la mili y con los que conservé alguna relación posterior, me contaban cosas parecidas, algunas más sofisticadas, que sucedían en los diversos Intxaurrondos que por allí proliferaron en las últimas décadas del siglo XX. Billy ya no estaba en la policía. Se había marchado voluntariamente para ganar más dinero aprovechando sus conocimientos y contactos con las llamadas ‘cloacas’ del Estado. A lo mejor no era tan sádico como cuentan los que le conocieron. Prefirió hincharse de pasta en lugar de seguir obteniendo la satisfacción libidinal que le proporcionaba destrozar cuerpos y destruir personas. Y con vistas al mar. Quizá estaba demasiado quemado, no lo sé. 

Recuerdo de los interrogatorios que, en algún momento, me soltaron esa especie de mantra -se lo decían a casi todos– de que no pensara en vengarme cuando ganara la izquierda, incluso si yo llegaba a ser un cargo gubernamental, que todos los Estados necesitaban gente como ellos y que, en ese supuesto de vuelta de tortilla en que yo alcanzaría algún poder institucional, seguro que acabábamos haciéndonos favores mutuos. Cinismo pata negra. Y no se olvide que el cinismo es una forma de realismo, o de hiperrealismo. Tenían razón (excepto en la hipótesis de que yo alcanzaría algún puestecillo de político profesional). El PSOE ese integrante del gobierno más de izquierdas que han conocido los siglos, pudo meter mano a Billy durante los muchos años en que ha gobernado. Aunque sólo hubiera sido él, a modo de símbolo. Pero el simbolismo era el contrario, era dejar claro la continuidad eterna del Estado, que el aparato de Estado franquista no se tocaba, sino que se utilizaba. Después, lo llevaron a la práctica en Euskalherria, con los Amedo y los Galindos, utilizando a los abogados del Estado para defender a los policías denunciados por torturas, potenciando la Audiencia Nacional - pura guerra sucia jurídica- y manteniendo y ascendiendo a jueces como Garzón (que si cayó en desgracia fue por tocarle las pelotas al PP) y Grande-Marlaska, colaboradores necesarios de unas prácticas de tortura sintomática. 

Ahora me salen el vicepresidente Iglesias y la ministra Irene Montero pidiendo perdón en internet por no haberle quitado las pensiones honoríficas a Billy. Puedo soportar postureos, pero hasta un límite. Tienen a un cómplice directo de la tortura de Estado en el gobierno que coocupan. La mayoría, muy muy mayoría en los hechos, del gobierno que coocupan la ostenta un partido que ha utilizado a los billys que pululan por las comisarias o las comandancias de la Guardia Civil. Y que seguirán utilizándolos. Forman parte de un gobierno que sustenta una razón de Estado en que la tortura forma parte de su modus operandi siempre que se haga con discreción y con la adecuada colaboración de mandos y jueces. José Bergamín, buen cristiano, hacía un retruécano con la famosa frase del Nazareno: “Mi reino no es de este mundo”; él la hacía suya transformándola en: “Mi mundo no es de este reino”. Pues eso. Que tragaremos con la ignominia moral de mantener un estado de cosas en las que Billy y sus amigos son enterrados con las pecheras llenas de medallas, sí, del mismo metal que las de los que salían en las ruedas de prensa policial-sanitarias hasta hace poco. Hay muchos billys entre nosotros. Disculpaos por eso, que, por no ser, no sois ni cínicos.

miércoles, 6 de mayo de 2020




Mientras continua el cine mudo en las Cortes españolas, en el mundo pasan cosas importantes. Ayer, una que me parece de enorme relevancia. Me refiero a la sentencia del Tribunal Constitucional de Alemania respecto a una posible irregularidad del BCE en la ejecución del PSPP (Public Sector Purchase Program), un plan de compra de deuda soberana que formaba parte de la política de flexibilización cuantitativa que el BCE sostuvo a lo largo de la década de 2010, y cuyo objeto era salvar a la banca y a los Estados de la deuda impagable que acumulaban.  En la sentencia citada, el TC alemán le da tres meses de plazo al BCE para que justifique la legalidad de su actuación, y, si no se da por satisfecho, el Bunsesbank se retiraría del plan. Poco espectacular en la letra y además poco operativa, pues supongo que -el PSPP es del 2015- el Bundesbank ya habrá aflojado la pasta hace tiempo. Pero, reitero, la cola que puede traer, las consecuencias directa o indirectas del fallo, es muy probable que sean  determinantes para el futuro de la Union Europea, especialmente en estos tiempos de crisis en todos los ámbitos sociales. 

En mi opinión, la sentencia tiene dos efectos fundamentales. El primero es que, aunque en el texto del TC se explicita que no tiene nada que ver con el reciente, y muy similar, plan del BCE para financiar, mediante compra de deuda, los gastos extraordinarios que genera el covid-19, se lanza un claro aviso a navegantes: Alemania no está dispuesta a sacrificarse por quienes considera Estados irresponsables en la gestión económica. Creo que, implícitamente, es la puntilla de los coronabonos y, por supuesto, del genial invento español (con el que estoy de acuerdo en su teoría, que conste) de la financiación monetaria directa bajo la forma de deuda perpetua a bajo o nulo interés.

La otra consecuencia es aún de mayor calado. Resulta que el PSPP pasó, preceptivamente, por el Tribunal de Justicia de la UE, que, como es sabido es el máximo órgano judicial de la UE, de modo que sus sentencias son obligatorias para todos los Estados miembros de la Unión, prevaleciendo siempre sobre las de sus tribunales domésticos. EL TJUE lo analizó y le dió el visto bueno jurídico. Y ahora el TC alemán le viene a enmendar la plana, desafiando de facto la supremacía de aquél. Hablamos de Alemania, no de Eslovenia, con perdón de Zizek. Es probable que, finalmente, se imponga la diplomacia y el choque de trenes no vaya a más. Pero, desde el punto de vista de la insólita imagen dada, y teniendo en cuenta que el TC sabía a la perfección el revuelo que iba a causar, está claro que la UE, como realidad y como proyecto, hace aguas por todos lados.