sábado, 22 de febrero de 2025

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Siguen las escaramuzas, dentro del amplio espacio político que ocupa Trump en USA, entre el totalitarismo transhumanista, personificado por Musk (con los demás technobros, en un segundo plano, ojo avizor), y el MAGA propiamente dicho, un populismo parafascista, uno de cuyos principales ideólogos y estrategas, si no el principal, es Steve Bannon. Ambos,, Musk y Bannon, han efectuado recientemente ante un público numeroso el saludo nazi, y, sin embargo, eso no los unifica, por el contrario marca sus intereses y su cosmovisión. Ambos escenifican ese falsamente romano saludo como una provocación táctica perfectamente medida. Y, sin embargo, expresan, con ella, cosas muy distintas. En el caso de Musk, es una especie de broma que pretende asimilar el fascismo con el antifascismo. Para él, todo eso pertenece a otro mundo, y su jugueteo tiene sentido en tanto que muestra ostentosa de la libertad de expresión; hace ese ademán porque le apetece, y pari passu, sale en los media; a modo de un personaje dostoieskiano, todo le esta permitido (porque él es dios). Quizá Musk es nazi, pero no lo sabe, el fascismo (para él) es una reedición del pasado y su mente está en el futuro. Mientras tanto, hace y deshace con el DOGE, intentando persuadir a Trump de las maravillas del Estado como empresa ultracapitalista.

Lo de Bannon es algo muy distinto. Aunque lo disfrace de provocación a los normies, al establishment, Bannon saluda igual que los nazis porque es nazi. En los años 1930s había en USA un movimiento nazi que incorporaba millones -sí, millones- de adeptos. Entroncaban con el populismo a la americana surgido a finales del XIX y que fue uno de los componentes importantes del anarcosindicalismo de los wobblies o del radicalismo roosveltiano de un Huey Long. Ese movimiento se opuso firmemente a la entrada en la IIGM e, incluso, postulaba un acuerdo estratégico con Hitler. El mayor mito norteamericano de la época, Charles Lindbergh, coqueteó con ellos. Interesante al respecto la distopía de Philiph Roth, ‘La conjura contra América’. Pues bién, yo creo que Bannon tira de esa tradición americana -soterrada, pero no extinta, tras el triunfo de los aliados contra el III Reich-, medio emergida con el maccarthysmo, el Tea Party y … MAGA. Sigo pensando que son incompatibles el ultraelitismo nerd de los unos y el populismo  fascista redneck de los otros.

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