jueves, 17 de abril de 2025


170425


La Corte Suprema del Reino Unido ha decidido que cuando la ley de Igualdad británica del 2010, que regula las condiciones de no discriminación y violencia, habla de mujeres se refiere a “una mujer biológica y un sexo biológico”, frente a la interpretación de dichas palabras por el gobierno escocés. Desde una perspectiva de rigor conceptual habría mucho que analizar, pero las consecuencias fácticas -al fin y al cabo, lo que importa- son claras: se asocia género (un término que queda enormemente devaluado) con sexo biológico -"ha nacido un niño” o “ha nacido una niña”, como categoría primera y esencia-, y el tránsito    M a H y H a M es ínútil, los que habrían recorrido el primero son mujeres y mujeres serán, y los del segundo son hombres y hombres serán. Munición para la transfobia. No hay más que ver lo contenta que está J. K. Rowling. Y, por supuesto, un avance de la derecha contra lo que llama “woke” en su ‘guerra cultural” para imponer la reacción.

Dejando a un lado a Rowling y su curiosa obsesión, la demanda contra el gobierno de Escocia fue llevada a cabo por una organización feminista, For Women Scotland, y apoyada por una parte no desdeñable de los grupos feministas británicos. La Sentencia, y el jolgorio feminista subsiguiente, no son síntoma de la ‘diversidad del feminismo’, sino de una grave fractura en su seno, fractura que no deja de existir por pretender ignorarla. Y tampoco sirve de gran cosa poner etiquetas del tipo de ‘feminismo burgués’, ‘feminismo institucional’ o ‘feminismo antitransfobo’. En mi opinión, hay un feminismo que es mayoritario en los media constructores de la opinión pública, que, aunque defienda posiciones izquierdosas, y aún explícitamente contrarias a la transfobia, aunque cuestione la unión inconsútil género-sexo biológico, sitúa a la categoría ‘mujer’ como centro de su política, y consciente o inconscientemente, la lucha antipatriarcal -sé que simplifico, porque habría que examinar en profuncidad el concepto de patriarcado y su relación con otros sistemas de dominación-. Es posible que el feminismo blanco occidental deba decantarse hacía una lucha radicalmente interseccional, como creo que hacen los feminismos decoloniales, o permanecer sine die en la dinámica de escaramuzas del presente, en la que la inmensa mayoría de los medios de creación de cultura para masas ya ha tomado partido: despojar al feminismo de sus elementos queer. 


lunes, 14 de abril de 2025



140425


Hace una semana, en un acto de Podemos, Ione Belarra ‘propuso’ a Irene Montero como cabeza de cartel ante unas supuestas elecciones generales no remotas. Su lema de campaña se centraría en el ‘no a la guerra’ (a saber lo que pasara dentro de año y medio) y encabezaría una especie de plataforma de todos los apelados por tal eslogan. Ovación. Proclamada. Este finde ha tenido lugar la V Asamblea de Podemos -sí, como aquellas de Vista Alegre, pero ahora en el Pabellón de Convenciones de la Casa de Campo, que es mucho más chico-. Había una sola candidatura, liderada por Belarra. Salió, claro. Asimismo, se aprobó un documento político, en el que, con mucha palabrería mediante, se viene a oficializar el devenir de sus posiciones políticas tras la exclusión del gobierno que sucedió a la elecciones del 23 de julio del 2023. 

Desde ese momento, Podemos radicalizó mucho su lenguaje, sobre todo en cuanto a la calificación del PSOE, del Gobierno y, en particular, de Pedro Sánchez. La guerra de Ucrania les brindó la oportunidad de mantener una posición clara de denuncia de la OTAN que chocaba con el relato del gobierno, o sea, el relato de USA y la OTAN. Para su mayor beneficio, Podemos podía acusar a Sumar y compañía que, al formar parte del gobierno, no estaba en condiciones de oponerse a él. Y no sólo lo hacía, sino que redoblaba su crítica poniendo en cuestión que Sumar y compañía discrepasen, por su ideología o, mejor, por su falta de ideología, de las tesis otanistas-gubernamentales. Aunque esté de acuerdo, no debo pasar por alto la utilización de este hecho-suposición para barrer pro domo sua. Y, sobre todo, la ley del embudo que manejan. Lo que vale para unos no vale par otros similares.

Podemos parece olvidar que hace unos pocos telediarios estuvo en el gobierno y la realidad de su intervención en él es equiparable a la de Sumar; tan sólo que cuando Sánchez adoptaba medidas de derechas, Yolanda envía mensajes un poco dolidos, pero amorosos, y Pablo ponía cara de enfado. La única iniciativa real mínimamente rupturista fue la ley del ‘sí es sí’ de Irene Montero y ya sabemos lo que fue de ellas; de la Ley y de Irene.

Es de una enorme hipocresía que Belarra diga, en el discurso de clausura de la Asamblea de Podemos que “[Dentro del gobierno] … demostramos que el gobierno no tiene porqué ser un espacio de poder al servicio de los que mandan sin presentarse a las elecciones, que el gobierno puede ser también un espacio de disputa, una herramienta al servicio de las clases populares”. No demostraron eso, sino todo los contrario. Es invendible la idea de dos gobiernos ‘de coalición’ consecutivos, uno con Podemos, de carácter progresista, y el segundo con Sumar, reaccionario. No cuela, Belarra.

Estoy de acuerdo con las críticas a la guerra de Ucrania, incluso concuerdo en que la respuesta de la UE al desenmascaramiento del conflicto realizado por Trump debe ser denunciada. No con su análisis de 'política de guerra', que en mi opinión es una política de rearme y militarización sin guerra que pudiese justificarla, una política parcialmente basada en el keynesianismo de guerra a mayor ganancia del complejo militar-industrial europeo y yanqui. Pero, bueno, me quedo en que coin

Otro planteamiento, estratégico, con el que mantengo diferencias, es acerca de la UE. En el Documento Político aprobado en la V Asamblea, se efectúan unas críticas muy severas y acertadas de la misma y su política de rearme y a la connivencia con el geocidio de los palestinos, pero siempre se culpa a las ‘élites europeas actuales’, y se acaba diciendo que: “… Podemos abogamos por cesar inmediatamente el seguidismo español y de la Unión Europea a la voluntad imperialista de los Estados Unidos a través de la OTAN”. Es decir, abogan por un cambio de política de la UE, como si la UE no hubiera sido desde sus inicios un proyecto imperialista tutelado por USA y en los últimos años hubiese desviado su rumbo. Ya he dicho en otros posts que no hay otra salida que demoler la UE existente y en un futuro, que podría ser más o menos lejano (o quizá no existir) replantearse una unidad europea de los pueblos sobre bases muy diferentes, no capitalistas en ningún caso. No ignoro que ello implica volver a los Estados y que la situación se volviera aún más chunga. Pero ante el avance del fascismo en todos los territorios europeos, ello es: a) Muy probablemente inevitable; b) La única posibilidad de un movimiento popular revolucionario que “niegue lo existente”.

Mientras tanto, ya he dicho que no confío en Podemos y, también, que me parece la única opción institucional no directamente despreciable, sin más. Sin embargo, Podemos debería abjurar sinceramente  -y, no estaría mal, con una autocrítica (ya sé que el término suena a cachondeo, pero existir, existe)- de su trayectoria en el gobierno, sin posibilismos ni malminorismos. Esto se plasmaría en que sería lícito, en mi opinión, que Podemos formara una coalición gubernamental con el PSOE en la que ostentase, como mínimo, el 40% de los miembros del gobierno y carteras fundamentales, además de vetar a torturadores como Grande Marlasca y a gentuza ideológica como Robles. Unicamente así Podemos estaría en condiciones de que el gobierno no fuese abiertamente de derechas, como ha sido desde que lo dirige Sánchez en coalición con su ‘izquierda’.

Por otro lado, sé que mi requisito mínimo es irreal, ni Podemos va a crecer electoralmente hasta conquistar esa relación de fuerza con el PSOE, ni el PSOE aceptaría una relación de fuerza con Podemos, ni con nadie, que le impidiera implementar su política, táctica y estratégicamente, de derechas. El PSOE sólo busca unos cuantos votos y, si no hay otro remedio, un 'socio' de gobierno muy minoritario y subordinado a él.


jueves, 10 de abril de 2025

 110425


La Audiencia de Barcelona ha fallado en contra del recurso de la Fiscalia de menores de Barcelona para secuestrar cautelarmente la distribución del libro de Luisgé Martón sobre Jose Breton, el doble filicida. Ya el juez de primera instancia había rechazado la cautelarísima de la Fiscalía, lo que habilitaba legalmente a la editorial Anagrama a poner a la venta el libro. La Fiscalía recurrió a la Audiencia la decisión del juez ordinario. Por su parte, Anagrama, renunció ‘indefinidamente’ a la publicación de ‘Odio’ 
ante el primer fallo, y, ahora, tras el segundo, continua erre que erre. Y ello, pese a que la Audiencia ha reprochado a la Fiscalía que su petición “corre el riesgo de incurrir en la censura previa”.

Esto es, lo que no consigue una Fiscalía populista lo hace una editorial progre: franquismo. La censura previa a la puesta al alcance del público de una obra de arte es una característica no irrelevante del franquismo, y de todos los fascismos, en general. Un atentado contra la libertad de expresión. De libro, valga la redundancia.

Anagrama había leído el libro, y supongo que con toda atención dada la previsible notoriedad polémica que alcanzaría, y no encontró nada púnible, ni legal (que no lo tiene) ni moral, contra él. Es, buena o mala, literatura. Y después se echa hacía atrs, no por consideración ética alguna, sino para hacerle el juego, de facto, a la ola punitivista reaccionaria que asola la tradicional cultura liberal. Ellos sabrán, para mí Anagrama, pese a su impresionante catálogo, es una editorial teñida de franquismo. De hecho, creo que muchos autores editados por ella deberían protestar de algún modo. Especialmente, los más críticos, que pueden constatar la inanidad real de sus alegatos y propuestas. Más aún, si le quedase un poco de vergüenza Anagrama debería ceder sus derechos sobre el libro a otra editora dispuesta a publicarlo. Seguro que hay unas cuantas. En todo caso, como dicen los yanquis: shame on you, Anagrama.

Sigo pendiente de exponer mi opinión sobre lo que es quizá el punto más importante: la construcción de un discurso específico de nuestro tiempo sobre las victimas, más exctamente, la victimización y au asimilación por el feminismo, o por los feminismos (algo que no tengo aún claro: si es un rasgo común a todo feminismo o solo a algunos feminismos).


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Con la medida que ha adoptado Trump de establecer una moratoria de 90 días a su agresiva política arancelaria parece que tenía razón en mi post del pasado 6 de abril, en el que planteaba que Trump pretendía asustar a los Estados que comercian, directa o indirectamente con USA (es decir, a todos), sigioendo una especie de doctrina del shock para negociar uno a uno con ellos en términos claramente coloniales, en donde se incluiría no sólo el comercio, sino también su ‘seguridad’. Pero hay un, inmenso, problema, nada sorprendente, por cierto: que esas medidas excluyen explícitamente a China, a la que USA ha impuesto un arancel ya no sé si del 100%, del 125% o del 1.000.000%, da igual, el hecho es que se suspenden las importaciones desde China. Junto al arancel de China -de momento, un 124%- a las importaciones de USA, lo que vemos es una suspensión del comercio directo, y veremos del indirecto, 
entre China y USA, as dos primeras potencias económicas mundiales. Por supuesto, ahora habrá que esperar la contra-contra-contra reacción del gobierno chino . Seguro que será más meditada, pero eso, hic et nunc, no garantiza nada.  medio plazo, será también radical. Quizá supone el banderazo para, ahora sí, la reconfiguración sustancial del orden económico -y político- internacional. Mi impresión es que Xi buscará ganar tiempo, pero ya veremos.


martes, 8 de abril de 2025

 

080425


La UE ha ofrecido a Estados Unidos un plan arancelario “cero por cero”, dijo el lunes la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Qué graciosos los burócratas de la UE, quieren reeditar el ttip, abortado precisamente por Trump en su primer mandato, y lo más que pueden conseguir es un nuevo tratado de ‘libre comercio’ totalmente leonino en beneficio de USA. Lo que sí parece claro -y no digo que me parezca mal, podría ser el principio del fin- es que la EU no va a iniciar una guerra arancelaria con USA. Muchas son la inercias y los chantajes. 

En este entorno, me parece totalmente loca la amenaza de Trump de añadir un 50% a los aranceles que ya tiene con China. Desafío total, como la peli. Supongo, con amplias dudas, que será un farol (más).




domingo, 6 de abril de 2025


060425


A corto y medio plazo -luego, nos moriremos, que decía Keynes- no veo, busque por donde busque, y por vueltas que le dé, more Varoufakis, a la compleja temática del valor del dólar, y de su mantenimiento como divisa mundial ultrahegemónica, que la política tarifaria de Trump no sea, en el ámbito económico, un tiro en el pie. Además de algo forzada en su 'justificación', porque Trump siempre habla de déficit comercial y nunca del déficit de bienes y servicios. Y hay gente, dentro del MAGA original, si no en hacerse, con Trump, en sustituir la influencia actual de los muchimillonarios: los techno bros, el complejo industrial militar, las multinacionales de la energía fósil y, con reservas, Wall Street. Tarea, creo, imposible, pero que puede acabar con Trump.

Por ello creo que las medidas tarifarias son un elemento táctico, un instrumento si se prefiere, en el contexto de la geoestrategia trumpiana, donde, sí, ha hecho estallar la anterior política internacional neocons. Hablamos, pues, de poder. Trump pretende, no sé si a corto o medio plazo, porque es un tipo muy impaciente y se cree todopoderoso, un esquema bipolarc con USA a un lado, China a otro y Rusia neutral (si no puede, incluso, atraerla a la fracción de USA con un estatuto especial). Si llegara a conseguir ese escenario, Trump o sus sucesores entrarían ya en una visión básicamente bélica. Un posible Armaggedon con China, muy favorabe a USA.

¿Cuál es, entonces, la función de las tarifas? Emplearlas como un arma, entre otras, en una nueva situación internacional donde, en el espacio hegemonizado por USA, se acaban los tratados multinacionales de libre comercio, esté o no ahora USA como miembro. La idea trumpiana es establecer un tipo de colonialismo a la inglesa, en el que USA establece unas relaciones económicas, y políticas, con cada país, sin que entre esos países haya una relación directa, sólo indirecta pasando por USA. Aunque no le copié la idea a, de nuevo, Varoufakis, sí le copio la imagen metafórica: la rueda de una bicicleta sin llantas, donde USA es el buje y cada Estado, un radio. Por supuesto, sobra la UE; tiempo al tiempo para que USA negocie directamente con Alemania, Francia, Italia, etc. No creo ni que se conserve ese término tan hipócrita y neocons de ‘socios’. Habrá que buscar un bonito eufemismo para ‘colonias’.

En todo caso, esto es lo que, me parece, persigue Trump. Otra cosa muy distinta es cómo le salga, lo que hagan los diferentes Estados y, en especial, China. Una guerra comercial con China, y más si ésta se hace con los BRICs (incluso, con parte de Europa) sería suicida para la economía de USA. Lo que nos conduciría a un nuevo problema, que a Trump, si se mantiene, apenas le quedaría otro ‘argumento’ que el militar.


martes, 1 de abril de 2025



010125


Parece que en la glorieuse France ha tenido lugar un acto de ‘antifascismo judicial’, dando por sentado que la sentencia del Tribunal Correccional de Paris se ajusta a Derecho; no es ese el problema. A diferencia de USA donde un tipo multidelincuente ha llegado a la Presidencia. Y de España, donde, al reves que en Francia, hay un ‘fascismo judicial’, implicado en la sagrada unidad de la patria cuando brega con secesionismos y alineado con el PP en el entorno interior. No dudo que Le Pen haya cometido el delito de malversación por el que es condenada, pero me consta que ese mismo delito de halla generalizado en todo el arco del Parlamento europeo.

Voy a ser un poco drástico, en mi opinión, el antifascismo que surgió principalmente tras la IIGM, y que tenía sus orígenes en los frentes populares, tenía más interés en impedir una revolución social que en detener a un fascismo derrotado bélicamente. Mire usted, es una de las pocas cosas que me quedan del trotskysmo de mi juventud, cuando defendíamos que el antifascismo/antifranquismo era, y solo podía ser, un subproducto de la revolución socialista. Luego vini la Sagrada Transición. Las ‘lineas rojas’ establecidas con una derecha cada vez más iliberal, en lo político (yo creo que también en lo económico, pero ese es otro asunto), ya se ha visto, se ve y se verá lo que dan de sí.

El victimismo de la extrema derecha va a ser sonado, y no creo que mejore la posición de Macrón. Por otro lado, Marine Le Pen es un activo importante de RN y Bardella parece aún demasiado inexperto. Para RN es un buen palo. Veremos como reaccionan unos y otros.

        
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Adjunto un interesante artículo, publicado en CTXT de Thomas Palley, prestigioso economista postkeynesiano. Concuerdo en su crítica a las ‘argumentaciones’ de la UE sobre la amenaza rusa, aunque me parece que pierde el tiempo refutándolas con rigor y aportando datos históricos, muy interesantes, por otro lado; en realidad, son tan ridículas que se caen por su propio peso. Asimismo, la lucidez en señalar que en el conflicto ucraniano hay un win-lose, Rusia, dos perdedores, uno enorme, Ucrania, y otro considerable, Europa, y un gran ganador, USA. No en vano ha sido ésta, primero los neocons y ahora Trump, quien ha movido a su antojo las piezas del tablero. Discrepo ligeramente en su valoración del keynesianismo militar, pero a esta temática le dedicaré uno o varios posts específicos.