010125 Parece que en la glorieuse France ha tenido lugar un acto de ‘antifascismo judicial’, dando por sentado que la sentencia del Tribunal Correccional de Paris se ajusta a Derecho; no es ese el problema. A diferencia de USA donde un tipo multidelincuente ha llegado a la Presidencia. Y de España, donde, al reves que en Francia, hay un ‘fascismo judicial’, implicado en la sagrada unidad de la patria cuando brega con secesionismos y alineado con el PP en el entorno interior. No dudo que Le Pen haya cometido el delito de malversación por el que es condenada, pero me consta que ese mismo delito de halla generalizado en todo el arco del Parlamento europeo. Voy a ser un poco drástico, en mi opinión, el antifascismo que surgió principalmente tras la IIGM, y que tenía sus orígenes en los frentes populares, tenía más interés en impedir una revolución social que en detener a un fascismo derrotado bélicamente. Mire usted, es una de las pocas cosas que me quedan del trotskysmo de mi juventud, cuando defendíamos que el antifascismo/antifranquismo era, y solo podía ser, un subproducto de la revolución socialista. Luego vini la Sagrada Transición. Las ‘lineas rojas’ establecidas con una derecha cada vez más iliberal, en lo político (yo creo que también en lo económico, pero ese es otro asunto), ya se ha visto, se ve y se verá lo que dan de sí. El victimismo de la extrema derecha va a ser sonado, y no creo que mejore la posición de Macrón. Por otro lado, Marine Le Pen es un activo importante de RN y Bardella parece aún demasiado inexperto. Para RN es un buen palo. Veremos como reaccionan unos y otros.
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Adjunto un interesante artículo, publicado en CTXT de Thomas Palley, prestigioso economista postkeynesiano. Concuerdo en su crítica a las ‘argumentaciones’ de la UE sobre la amenaza rusa, aunque me parece que pierde el tiempo refutándolas con rigor y aportando datos históricos, muy interesantes, por otro lado; en realidad, son tan ridículas que se caen por su propio peso. Asimismo, la lucidez en señalar que en el conflicto ucraniano hay un win-lose, Rusia, dos perdedores, uno enorme, Ucrania, y otro considerable, Europa, y un gran ganador, USA. No en vano ha sido ésta, primero los neocons y ahora Trump, quien ha movido a su antojo las piezas del tablero. Discrepo ligeramente en su valoración del keynesianismo militar, pero a esta temática le dedicaré uno o varios posts específicos.