viernes, 3 de abril de 2020



1

Hay muchas voces desde los más variados sectores (no tan variados como parece y como ellos se autodefinen) acerca de que no es el momento de hacer críticas al gobierno; por dos razones: una que en estas circunstancias hay que estar unidos y dejar de lado las diferencias, otra, alternativa, que criticar al gobierno es hacerle el juego a la derecha.
Respecto a la primera, recomiendo la lectura, no difícil, de un opúsculo -ahora se llamaría un paper- muy conocido de Kant, ‘¿Qué es la Ilustración? Ahí, el rutinas de Köninsberg defiende, entre otras cosas, que un funcionario del Estado debe hacer siempre un uso crítico de la razón en tanto humano y un no uso en tanto funcionario. Ahora, todos somos funcionarios en lo que respecta al coronavirus. Y así debe ser. En mi caso, para no ir más lejos, no salgo a correr. No estoy de acuerdo con esa prohibición -por ejemplo, en Milán, donde las condiciones de aislamiento son más serias se puede-, pero la respeto al cien por ciento; podría burlarla con relativa facilidad y no lo hago. Sigo, pues, del modo más estricto todas las normas del decreto de alarma. Y, para quienes no cumplen esas normas, soy partidario de sanciones duras, especialmente, tan especiales como son los tempos que vivimos, duras. Sin embargo, como ser más o menos pensante, no cedo ni un milímetro de mi capacidad crítica acerca de lo que se está haciendo en el nivel gubernamental centralizado, el de la ‘autoridad competente’. No sé qué ganaría con mi sacrificio dell’inteletto. Acaso sembrar la desconfianza hacia nuestros gobernantes en una situación en que psicológicamente sería conveniente considerarlos infalibles. Siempre y en cualquier circunstancia rechazaré esa conveniencia.
El otro argumentario (argumentario: cadena argumental repetida por muchos no siempre habiendo reflexionado mucho, o poco, sobre su solidez) me produce sueño psíquico. Criticar al gobierno socialista por su manera de gestionar la pandemia en territorio español no implica, de ningún modo, suponer o plantear que un gobierno del PP lo habría hecho mejor. En mi opinión, lo habría hecho igual o un poco peor. Técnicamente, son igual de cenutrios, o de genios, si se prefiere. Políticamente, han actuado como agentes del R78, afirmación que trataré de fundamentar en sucesivos posts. ESo sí, habré de aceptar que cada aseveración crítica vaya acompañada explícitamente del “peor lo habría hecho un gobierno de derechas”. Estoy acostumbrado, en los 80-90s del siglo pasado, cada vez que atacaba el plan ZEN tenía, antes, durante y después, que manifestar mi desacuerdo total y rotundo con ETA. Entonces y ahora, me temo que sin ningún resultado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario