martes, 14 de octubre de 2025

 

Ridícula (otra más) entronización de Trump en Egipto, rodeado de mandatarios de países lacayos -un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo-, en la que faltaban Netanyahu y Hamas, aunque sí estaba, como no, ese cipayo Palestino, Abbas, presidente de una ANP y Fatah zombis. Lo curioso del acto, reitero , es que celebra algo irrelevante la práctica: el plan de paz de los 20 puntos. Es todo bastante extraño, los hechos son claros -un alto el fuego[1], firmado y, ya veremos, implementado, por los contendientes de una guerra que no es una guerra, o que sólo lo es cuando interesa para elaborar el relato occidental, y que no va ni un milímetro más allá.

Ciertamente, el alto el fuego comienza: “1. El presidente Trump anuncia el fin de la guerra en la Franja de Gaza y que las partes han acordado implementar las medidas necesarias para ese fin.” Trump anuncia el fin de la guerra en Gaza y el comité de majaras que mañana habrá lluvias y buen tiempo. Vale, que anuncie. En el resto de los puntos, los que valen, sólo se establece el intercambio de presos/rehenes, la retirada de las FDI a la parte de Gaza no costera por detrás de una línea amarilla (más o menos la mitad de la Franja) y formar “…un grupo de trabajo compuesto por representantes de Estados Unidos, Qatar, Egipto, Turquía y otros países acordados por las partes, para dar seguimiento a la implementación con ambas partes y coordinarse con ellas.” Es decir, un acuerdo muy concreto, excepto en el punto final, que establece un grupo de trabajo de seguimiento del alto el fuego y que constituirá, supongo, el marco para negociaciones posteriores, si las hay, sobre el conflicto en general.

Ni más ni menos. Y ya, de momento, hay tensiones porque Israel no ha liberado a algunos militantes que exigía Hamás y, por lo que parece, ya tiene el objetivo inmediato de destruir los túneles de Gaza, lo que no se incluye en el texto y que, además, implicaría vulnerarlo porque gran parte de esos túneles se hallan por encima de la línea amarilla, donde no pueden entrar las FDI. Además, vamos sabiendo que de los 200 o 250 presos con condena anterior al 7º, más de 100 han sido deportados fuera de Palestina; y que, por el momento, Israel ha asesinado a cinco palestinos desde el inicio del cese del fuego.

No quiero ser conspiranoico, pero no descarto un rumor que corre por ahí y que parte de un dato cierto: Bush es un matón perdonavidas con todos los países del mundo excepto con dos, uno es Rusia, que tiene tanto o más armamento nuclear que USA y para el que no valen las bravatas, dada la guerra proxi de USA con ella (hic Rhodus, hic salta); además Trump considera a Putin un tipo más psicópata que él, le acojona. El otro es Israel. Ya es sabido el apoyo de USA al proyecto sionista desde la IIGM, pero la chulería fáctica de Netanyahu con Trump es más que sorprendente. Por ejemplo, Israel y Hamás habían aceptado, con la ratificación de Trump, un alto el fuego en enero de este año, alto el fuego que Israel violó repetidamente hasta que lo rompió de manera unilateral. Trump tragó, con apenas alguna suave crítica a su aliado.

Ahora Trump y Netanyahu elaboran conjuntamente un plan ‘de paz’ que supone el primer objetico táctico del gobierno israelí: acabar con Hamás e imponer, como mínimo, una autoridad en Gaza, palestina sí, pero dócil y entreguista. Ante la muy previsible negativa de la resistencia armada, y política, palestina, Netanyahu ya tendrá la justificación para continuar el genocidio; y ahora, sin rehenes, es decir, con la aprobación del 99% de la población judío-israelita.

Hay un rumor, probablemente, un bulo, que afirma que el problema consiste en la sujeción de Trump a Israel debido a que el Mossad tiene una copia de los numerosos papeles de Epstein y que, con ellos, estaría chantajeando a Trump, y, de paso, al partido Demócrata. Quizá sea un fake, pero bien urdido. Es obvio que Trump se resiste como gato panza a arriba a hacer públicos esos papeles que, con toda seguridad, le implican hasta las cachas como un pederasta cabal, y que el partido Demócrata, que pudo hacerlos públicos en el mandato de Biden, también los escondióo. Ay, Clinton, Clinton, entre otros ínclitos demócratas y republicanos. Para poner la guinda, el Mossad está considerado -otra conspiranoia, su (no) despiste durante los preparativos del 7ºO- el mejor servicio secreto de inteligencia del mundo. En todo caso, ante el previsible desprecio práctico de Israel del plan de los 20 puntos, una provocación para el inconmensurable ego de Trump, veremos que hace éste, desmintiendo o reforzando la narrativa conspiranoica.




 


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