No soy muy amante del conmememoracionismo, en general, y muy en especial, de las celebraciones institucionales, que siempre buscan, abierta o solapadamente, reforzar el poder de quien las organiza. Pero hay formas y formas, y ya decía Marx que una forma es la forma de un contenido. La desvergüenza del PSOE no conoce límites. Y digo del PSOE porque esta conmemoración procede exclusivamente de él, aprovechando su carácter de partido gobernante. No del Estado, que habría sido lo lógico. Pero para ello, las fuerzas reales que detentan el poder público habrían tenido que coincidir en la celebración y en el contenido y tono de la misma. No es así. No por parte del legislativo, donde el PSOE, por si mismo, no tiene mayoría. Del Poder judicial, ni hablamos. Pero es que, incluso, sólo el ejecutivo apoya la iniciativa, y en parte, apenas el gobierno y algunas Comunidades autónomas; no creo que, por ejemplo, la mayoría del ejército, o de la policía se muestren muy entusiastas al respecto.
Pero Sánchez juega todas las bazas que tiene para permanecer un cuarto de hora más en el gobierno. Incluso ésta, que no se entiende: actos deslucidos sin la presencia del PP, ni de la Casa real ni, espero, más allá de presencias particulares, de Podemos o de IU (si es que existe). Por añadidura, campaña por parte de los medios de derechas, el 90%, acusando al PSOE de promover las dos españas y el guerracivilismo. Y todo en medio de una estafa histórica, una más, claramente reaccionaria, como lo es todo lo que promociona el R78. Lo único que cabría recordar ahora es el franquismo que, si no desapareció con la muerte de Franco, es aceptable que tiene u fuerte papel simbólico. Se debería tratar de recordar qué fue la dictadura, la represión, la carencia absoluta, formal y real, de libertades y de democracia, la cultura nacionalcatólica, etc. Por el contrario, plantear de manera implícita que el fallecimiento, en su cama, del dictador trajo la democracia es históricamente disparatado y, sobre todo, muy reaccionario. En todo caso, fue el antifranquismo popular (no quiere esto decir que la mayoría de la población formara parte de él, no nos engañemos) , antes y después de 1975, quien desgasto al régimen y obligó a la clase dominante franquista -la misma que ahora, oh casualidad- a negociar con la fracción posibilista de la izquierda, en medio de amenazas y sobornos, ese pacto que conservaba lo fundamental del régimen de su excelencia a cambio de una democracia controlada y unas libertades que no pusiesen nada en cuestión. Todo apesta al relato del PSOE, el gran valedor y soporte del R78, al que presenta aquí como una superación del franquismo en lugar de lo que es, una continuación amable del mismo. Servidora, cosas de la edad, fui antifranquista, estuve en la cárcel y todo eso. Pero a mí que no me metan. ¡No en mi nombre!
Por cierto, muy eficaz como emético: leer la lista de firmantes de esa cosa que publicó ¡The Objetive! sobre el tema en cuestión, titulado "Contra Franco, Constitución”, o así.
Pero Sánchez juega todas las bazas que tiene para permanecer un cuarto de hora más en el gobierno. Incluso ésta, que no se entiende: actos deslucidos sin la presencia del PP, ni de la Casa real ni, espero, más allá de presencias particulares, de Podemos o de IU (si es que existe). Por añadidura, campaña por parte de los medios de derechas, el 90%, acusando al PSOE de promover las dos españas y el guerracivilismo. Y todo en medio de una estafa histórica, una más, claramente reaccionaria, como lo es todo lo que promociona el R78. Lo único que cabría recordar ahora es el franquismo que, si no desapareció con la muerte de Franco, es aceptable que tiene u fuerte papel simbólico. Se debería tratar de recordar qué fue la dictadura, la represión, la carencia absoluta, formal y real, de libertades y de democracia, la cultura nacionalcatólica, etc. Por el contrario, plantear de manera implícita que el fallecimiento, en su cama, del dictador trajo la democracia es históricamente disparatado y, sobre todo, muy reaccionario. En todo caso, fue el antifranquismo popular (no quiere esto decir que la mayoría de la población formara parte de él, no nos engañemos) , antes y después de 1975, quien desgasto al régimen y obligó a la clase dominante franquista -la misma que ahora, oh casualidad- a negociar con la fracción posibilista de la izquierda, en medio de amenazas y sobornos, ese pacto que conservaba lo fundamental del régimen de su excelencia a cambio de una democracia controlada y unas libertades que no pusiesen nada en cuestión. Todo apesta al relato del PSOE, el gran valedor y soporte del R78, al que presenta aquí como una superación del franquismo en lugar de lo que es, una continuación amable del mismo. Servidora, cosas de la edad, fui antifranquista, estuve en la cárcel y todo eso. Pero a mí que no me metan. ¡No en mi nombre!
Por cierto, muy eficaz como emético: leer la lista de firmantes de esa cosa que publicó ¡The Objetive! sobre el tema en cuestión, titulado "Contra Franco, Constitución”, o así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario