200125
Es penoso, y, al tiempo, bastante divertido, ver como la UE -esa mezcla de neoliberalismo sociademócrata, ordoliberalismo rancio de los populares europeos y una creciente incorporación de la extrema derecha otanista – está totalmente acojonada ante el acceso de Trump a la presidencia de USA. Con el corazón en un puño, confían en que el tsunami que sale de USA se vaya convirtiendo, a lo largo de su travesía del Atléntico, en tan solo una ola grande, surfeable. Mientras tanto, no hacen nada, no porque ganen tiempo, ¿de qué les sirve el tiempo?, sino porque se hallan inmovilizados por sus propias contradicciones.
Su pacatería burguesa, su cobardía, choca con la megalomanía carlyliana (de Thomas Carlyle, “Sobre heroes, …”) de los Trump y los Musk. A Trump le gusta Putin y a Musk, él mismo). Y con Trump la psicología cuenta, o cuenta bastante más que el cinismo de los políticos convencionales, p.ej., Biden.
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