miércoles, 12 de marzo de 2025


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Continúa.

Vuelvo con Podemos. Cuando surgió Podemos, allá a primeros de 2014, me ilusioné bastante. Bastante, no por completo porque sabía que la gente del Teatro del Barrio estaba tomando elementos del 15M, tanto como lo estaban manipulando, incluso traicionando. El arrinconamiento y salida obligada de los anticapis -con quienes discrepo y, al tiempo, tengo algunos lazos del pasado- a raíz de Villaverde II ya me llevó a un alejamiento que se convirtió en años luz cuando Podemos forzó su entrada en el gobierno del PSOE y con su posterior desempeño en él. Más tarde, fueron expulsados del ejecutivo, y, a la fuerza ahorcan, Iglesias se radicalizó, especialmente, en política internacional, porque en la estatal siguen teniendo un sesgo penosamente nacionalista español.

No obstante, veo La Base con frecuencia y suelo concordar en casi todo lo que cuentan; aunque también soy consciente de que una cosa es Canal Red, orientado a la guerra político-cultural, y otra el partido. Me consta que si Podemos tuviera la más mínima posibilidad de volver a establecer una coalición con Sanchez, rebajaría sustancialmente sus planteamientos actuales y tragaría la política psoera con carros y carretas; eso sí, en lugar de sonreír, como hace Yolanda, poniendo cara de enfado. Poco espero, pues, de Podemos, principalmente por esa veta de posibilismo que les empuja hacia un poder real del que solo serían una coartada inerte. Podemos debería darse cuenta que nunca va a participar ni mínimamente en el poder establecido, haga lo que haga y que, renunciando a sus tacticismos leninistoides debería situarse en el campo de un contrapoder tajante, sin impurezas, ya que hoy por hoy, y con la relación de fuerzas entre clases de todo tipo, cualquier concesión es neutralización, disolución.

Podemos no se vende porque nadie quiere comprarlo. Además, esta Sumar, la apoteosis del oportunismo y, no digamos, IU/PCE, un fantasma pequeñito. Podemos, Iglesias, pueden, al menos, hablar con franqueza, dirigiéndose en exclusiva a los dominados, y creo que lo hacen, Mi objeción, me limitaré aquí a dos aspectos, es que se quedan un poco cortos, en uno de ellos, y que no se refieren explícitamente al otro (quizá para no recibir más hostias todavía). El primero asunto es, ya lo mencioné en el post anterior, que Europa se esté preparando para la guerra. El argumenario es que algunos iluminados dirigentes de la UE y de países miembros realmente creen que hay un peligro imperialista ruso, un peligro de invasión de Europa por la Rusia de Putin,; mientras,e otros, cínicos, fingen creerlo. La evidencia histórica es clara. Fue la política ofensiva de la OTAN, cuando desapareció la URSS y el COMECON, quienes pretendieron prolongar la Guerra Fría, y, con ella, el sentido de la OTAN, expandiéndose hacia el este y desestabilizando Ucrania. La intención semioculta era la caída de Putin y la ruptura del territorio ruso en varias repúblicas amigables a USA,lo que permitiría  instalar bases y misiles en la frontera con China. El desencadenante sería hacer caer a Putin en la trampa de una guerra con Ucrania iniciada por él.  Es evidente que, tras el gobierno prooccidental de Ucrania y su intención de ingreso en la UE y la OTAN, Putin sentiría amenazado el propio ser de Rusia y atacaría a Ucrania.. La resistencia otan-ucraniana y las sanciones económicas harían el resto. La OTAN forzó la guerra, impidió la paz dos meses después, y, por fin,  algunas opiniones en su seno, llamando a intervenir directa y presencialmente en ella, pusieron al mundo del modo más irresponsable que quepa en cabeza alguna, en riesgo de guerra nuclear Rusia-USA.

El rearme de Europa no responde a una necesidad bélica defensiva. Trump sólo quiere dejar de proteger a Europa, mediante la OTAN actual, un innecesario centro de gastos para él. La USA de Trump ve la OTAN actual como un instrumento de parasitismo europeo,; el sólo dice que, si los europeos quieren defensa, que la paguen y que no se escondan detrás del primo de Zumosol. En todo caso, Podemos tiene razón: no Europa, España debe salir de la OTAN y las bases de USA deben dejar de ocupar territorio español. Y es que, en gran medida, el plan de rearme de los otanistas europeos no surge de una amenaza inexistente, sino de la propia orden de Trump. Al igual que fueron a la guerra de Ucrania conducido, en calidad de comparsas. por la USA de Biden y al igual que los ardores guerreros de algunos que fantasean con un ejército europeo que doblega a Putin y habrán de contemplar la paz inminente qnecesario ue USA le impone a Zelensky. No hay un plan de guerra, hay un plan de rearme sin pies ni cabeza que lo único que muestra es el desconcierto, o la necedad, de nuestos líderes.

Sí, entonces, a la recuperación podemita de ‘OTAN no, bases fuera’, pero siempre que conlleve un añadido, cque se condensa en otra consigna: ‘No a la UE’. Un partido realmente anticapitalista no puede seguir aplicando paños calientes a una gangrena. Desde el momento en que surgió la UE, y en cada paso que ha dado, todos hemos sabido que se trataba de la Europa del Capital, de la Europa de las élites capitalistas y de la institucionalización de una gubernamentalidad despótica compuesta por políticos profesionales al servicio de los BAU, desde la extrema derecha a la socialdemocracia (y otros supuestamente izquierdistas). Con la UE actual no puede hacerse nada que no sean políticas en contra de las clases sometidas . Iba a escribir,  'de los pueblos', pero un pueblo no es sino la suma de esas clases subalternas contra su dominación; en ese sentido, no hay pueblos en Europa de otro modo que en potencia. Menos aún hay un pueblo europeo, el cual, en todo caso, sería el resultado de la alianza de los pueblos virtuales: los Estados-Nación (o plurinacionales) en territorio europeo. Las asociaciones de sindicatos europeos, como la CES y los sindicatos estatales que la forman, por ejemplo CCOO y UGT, sí se insertan en una relación de clase fundamental, explotador-explotado, lo que ocurre es que son aparatos al servicio de la explotación capitalista, es decir son un instrumento en manos de los explotadores. Todos y todo en la UE impulsan la dominación en su seno y sus territorios.

No hay ahora posibilidad de estructurar desde abajo la emancipación de los dominados a nivel global o trasnacional. El altermundismo de los foros mundiales, de la batalla de Seattle, del ejemplo zapatista, no han prosperado y creo que no lo harán durante mucho tiempo. La única posibilidad, aun remota, es que la disidencia, la insurrección surja a nivel  de Estados o naciones y se vaya expandiendo. Como ya se planteaba con la revolución francesa o la comunista. Las probabilidades son mínimas, si no se quiere asumir la deserción de BIFO, y seguir luchando, Podemos, y otros, deberían asumir el ‘no a esta Europa’ (y, de momento, a ninguna), la salida del pueblo español de la UE, trabajar a muerte, incluyendo una kulturkampf sin concesiones, en una actividad interseccional, intentar transmitir un miedo no paralizador respecto al colapso climático.

Para no ser malinterpretado. Una cosa es señalar la ridiculez de un Putin invadiendo Francia y otra, no comprender que la inaccesibilidad y escasez de energías e inputs naturales y el incremento exponencial de fenómenos meteorológicos adversos no vayan a culminar en una no lejana guerra nuclear total. No queda apenas margen para componendas.

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